¡QUÉ DESOLACIÓN!

C.F. GIMNÁSTICO DE ALCÁZAR 0 - 6 U.D. ALMANSA

Con esta breve, expresiva y contundente expresión de Gabriel Aguilar, veterano aficionado y uno más de los escasos doscientos espectadores que acuden a los partidos del Gimnástico de Alcázar, se puede resumir la situación del equipo.

La contundente derrota de ayer ante el Almansa por seis goles a cero es el colofón de una cadena de despropósitos que ha ido culminando en la actual realidad. Un grupo de jóvenes futbolistas voluntarios acompañados de algunos veteranos ya sin aspiraciones conforman un equipo dirigido por Félix Monreal que bastante hace con mantenerse al frente.

Pero el problema procede de anteriores momentos, cuando la asamblea de aficionados decidió continuar en competición a sabiendas de que no se contaba ni con presupuesto real para sufragar una plantilla para competir en 3ª División, ni con apoyo institucional para salir al frente de los gastos mínimos que conlleva mantener al equipo.

Ahora todos son lamentos. La escasa y resignada afición acude a la ceremonia del desaliento cada nueva jornada que el equipo juega en su feudo. Y claro, es muy duro regresar a la siguiente sabiendo no solo que la derrota será el resultado más que probable, sino que últimamente se produce a través de goleadas humillantes que desmoralizan hasta los más optimistas. ¿Qué atractivo puede tener para los viejos aficionados ir a ver como golean a su equipo en su propia casa?

Esta es la realidad y con escasas perspectivas de que varíe por el momento y mucho nos tememos que en un futuro inmediato, pues la supervivencia de estas competiciones, ficticiamente profesionales, están llamadas a su desaparición desde el momento que los equipos hagan públicas sus cuentas y tributen por las mismas como cualquier otra empresa. De manera que el fútbol, cautivo de los intereses televisivos y de las grandes Ligas se encuentra atrapado en una red sin salidas cuya única vía de escape se centra en su práctica infantil y aficionada sin otros condicionamientos que los de la recreación de sus practicantes. Lo demás es puro drama.