lunes, 25 de octubre de 2021

XV SUBIDA AL ROBLEDILLO 2021

Lo bueno de las tradiciones es que permanecen en el tiempo ciñéndose a lo fundamental, a lo que da sentido a su origen y a su celebración, aunque cambien los tiempos y las personas. Ayer en la XV Subida al puerto de El Robledillo se cumplió esa premisa y variaron los tiempos desde el ya lejano 4 de noviembre de 2007 y variaron bastantes de los ciclistas que entonces la iniciamos, pero se mantuvo lo esencial, pasar una buena mañana en el espectacular marco de las inmediaciones de Cabañeros, pedaleando como nos gusta hacer a quienes practicamos esta saludable y apasionante diversión.


En aquella fecha inicial ya referida fuimos 10 los ciclistas en participar. En esta ocasión uno más, pese a las ausencias de algunos que inicialmente se apuntaron pero que finalmente no lo pudieron concretar. No importa, lo principal es seguir pedaleando para no perder nuestro equilibrio. Aceptar de buen grado a todos los acompañantes y dejar a un lado prejuicios, divisiones, posibles rencillas o malentendidos. El día a día volverá a cada uno a su rincón, al que mejor le vaya por horarios, rutas, ritmos y compañías, al que todos tenemos derecho haciendo uso de nuestra quijotesca libertad, “que es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra…”, como dice el inmortal Cervantes en boca de su mítico e inspirador personaje.



Y con ese espíritu salimos con inusitada puntualidad del cruce del cementerio alcazareño, distribuidos en cinco vehículos y viendo como poco a poco despuntaba el día para dar paso a una jornada luminosa en lo meteorológico, fría en los inicios pero radiante de sol y buena temperatura en su discurrir. Así pudimos hacernos las fotos de rigor ante la pequeña pero coqueta iglesia de Retuerta y, a continuación, ante el cartel de azulejería que da la bienvenida a la población y que ya es uno de los puntos de referencia para dejar constancia de nuestra anual participación.



Con el grupo dividido por razones de forma física y convalecencias, Juan, Berna y José Escelio optaron por mantener su propio ritmo y recorrido pero sin renunciar a la subida que da identidad a la gesta. Gran mérito para ellos, especialmente a los que hace pocos meses han sido objeto de operaciones quirúrgicas, porque demuestran que la voluntad es la mejor de las cualidades que se pueden cultivar para acometer estas y otras muchas actividades.

Subimos los restantes en bloque hasta más o menos las inmediaciones del balneario, donde la carretera ya toma una seria inclinación y cuyos porcentajes, según nos fue describiendo Andrés, que iba dotado de la tecnología pertinente, fueron oscilando desde el 7 % al 13 % de pendientes medias, lo que ya supone una cota considerable pese a ser conocida por la mayoría y no de una única vez. Aquí se puso en marcha el método K -1 que siempre nos recuerda Josemi, es decir, ca uno hace lo que puede y mantiene su propia cadencia. Durante gran parte de la exigente subida, el viento estuvo ausente y eso hacía que el silencio fuera un compañero más, junto a los aplausos figurados de los graznidos de los grajos que se posicionaban en las copas de los árboles.



Llegados a la cima, apenas tuvimos tiempo de contemplar la espléndida panorámica de las primeras rañas de Cabañeros, que se dejaban ver por la claridad atmosférica de la mañana. Siempre se recuerda en estos momentos a los ausentes, a los que no han podido venir ocasionalmente a esta salida y a los que, como Jesús Montarroso, ya no podrán hacerlo nunca y al que nos hubiera gustado acompañar hasta ese punto y verlo romper su barrera de impotencia, más psicológica que física.

Ante el cartel explicativo y antes de deslizarnos hacia la bajada, un numeroso grupo de ciclistas jóvenes de la zona, algunos equipados con un maillot con la publicidad de “Sara y Encarni, carnes selectas” , bajaron en paralelo a nosotros y alguno nos adelantó temerariamente en una de las numerosas curvas que jalonan el recorrido hasta San Pablo, donde nos reagrupamos antes de continuar hacia Menasalbas sabiendo del aumento de la velocidad, que se dispara en ese tramo cuesta abajo, pese a la ausencia casi total de viento en el día de ayer.



El siguiente eslabón suele resultar más incómodo por la sucesión de subidas y bajadas que, sin ser tan exigentes como el puerto, enfrían y relajan la musculatura haciendo sufrir a las piernas en algunos momentos. El café a la entrada de Navahermosa puso un punto de calma y reactivación de fuerzas y tras atravesar la intrincada travesía del pueblo, desembocamos en el cruce hacia el Risco que se encuentra a mitad de su asfaltado y señalización. Los diez kms. que se inician en este punto, salpicados de cruces con motoristas en todo momento, suponen un desgaste mantenido que no ceja en ningún momento y que mantiene una pendiente media del 5 % en casi toda su longitud y solo se endurece en los dos últimos kms. cuando las puntas del Risco se ven al alcance de los ciclistas y la satisfacción de alcanzar la cima otorga las fuerzas necesarias para lograrlo. Allí llegamos y nos fotografiamos Pedro, Agapito, Andrés, Lorenzo, Josemi, Juan Carlos y quien estas líneas escribe, Justo, y solo faltó Alfredo que siguió el camino para no enfriarse.



Porque la bajada hacia Navas de Estena es de cuidado por la velocidad que se alcanza, la peligrosidad de algunas curvas pero también por el atractivo de contemplar a la derecha el inmenso e imponente paisaje de Cabañeros que se presta a una extasiante admiración. Me perdí fotografiarlo por no dar pie a un sospechoso retraso, al no haberlo advertido al resto, cuyos componentes fueron escalonadamente llegando nuevamente al altiplano del Estena y posteriormente acometiendo los últimos kms. hasta Retuerta que suelen resultar los más ásperos por el cansancio acumulado y por las subidas incesantes hasta alcanzar la Dehesa del Carrizal.

A las 13:45 h. nos presentábamos en el origen de la ruta con la prevista puntualidad. Román nos había preparado una mesa donde otros años, pero esta vez el menú y la atención nos defraudaron y no estuvieron a la altura. Para empezar y tras tomarnos nota con cierta displicencia, la bebida llegó tardía y escasa. Una sola gaseosa y dos botellas de agua pequeñas para saciar la sed de once ciclistas que habíamos recorrido una ruta exigente es poco serio. Bernardino se lo hizo notar con acertado humor:

- ¡Anda, trae gaseosas como para una boda!

Al final fueron llegando casi con cuentagotas y a destiempo. Pero lo más lamentable fue la falta de previsión para tener los platos del día preparados. Faltaba ternera para la plancha, el pollo y el cerdo estaban recalentados y se nos ofrecían alternativas en salsa, con lo que eso suele suponer de enmascaramiento del producto. Hasta los helados del postre vinieron en fase de derretirse al ser abiertos. Lamentable. Esto puede hacer que el próximo año, como ya había sugerido Pedro Peinado, cambiemos el lugar de partida por Navas de Estena y así matemos dos pájaros de un tiro al evitarnos los doce kms. más incómodos del recorrido y probar otros lugares más recomendables para el almuerzo.

Al menos tuvimos la satisfacción de encontrarnos con Julio Conde, alcazareño afincado desde hace muchos años en Toledo, en donde gestionó todo el deporte institucional hasta su jubilación, que se encontraba con unos amigos tras haber recorrido a pie el Boquerón del Estena y con el que compartimos un agradable momento de saludo y evocaciones, especialmente recordando la fragua y el salón de recreativos de su padre.



Sin más dilación emprendimos el regreso hacia Alcázar con la esperanza de ver el segundo tiempo del partido de la jornada entre el Barça y el Real, no sin antes parar a repostar gasolina en El Molinillo y hacer acopio de algunos embutidos de ciervo, que tan a mano se nos ofrecen por estos andurriales.

El interés del partido nos devolvió a las prácticas de radioyentes, que tan perdidas tenemos algunos y que ponen de manifiesto esa impostada emoción que utilizan los locutores para enardecer a una audiencia que, al no ver, puede creerse la sobrexcitación que la narración proclama, porque la realidad es mucho más sosa y anodina que la que pretenden mostrarnos con ese énfasis sobredimensionado que trata de despertar una pasión inexistente. ¡Que se lo digan a José Escelio que venía durmiendo como un tronco hasta casi llegados a Alcázar!

DATOS TÉCNICOS EN STRAVA

ITINERARIO:Retuerta del Bullaque - Puerto El Robledillo - San Pablo de los Montes - Menasalbas - Navahermosa - Risco de las Paradas - Navas de Estena - Retuerta del Bullaque

DISTANCIA:86,81 kms.

TIEMPO DE PEDALEO: 4 h 04' 40''

VELOCIDAD MEDIA: 21'3 kms/h.

VELOCIDAD MÁXIMA: 57'4 kms/h.

CALORÍAS CONSUMIDAS: 2.042 kcal.

Algunos datos más sobre estos puertos y sus características tomados de la web altimetrías.net que nos ha facilitado Andrés:

https://www.altimetrias.net/aspbk/verPuerto.mobi.asp?id=660

https://www.altimetrias.net/aspbk/verPerfilusu.asp?id=1451

https://www.altimetrias.net/aspbk/verPerfilusu.asp?id=1621

domingo, 10 de octubre de 2021

EL I.C.C. REGRESA A ALCARAZ

Aprovechando la espléndida climatología de este otoño casi veroño que no termina de enfríar cuerpos y ánimos, el grupo de ciclistas del I.C.C., aunque incompleto por diversos motivos, acometió una de las últimas salidas de esta temporada que ha estado también condicionada por los, esperemos últimos coletazos del coronavirus. En el KIA Sportage de Martinelli con el soporte de Fontaine se acoplaron las tres bicicletas desde Tomelloso para llegar via Sotuélamos hasta Alcaraz con acertado cambio de recorrido propuesto por Bernard para reducir kms. y satisfacer un horario tipo Tour con salida a las 11 h. de la monumental población que ya se encontraba colmada de visitantes.
En un paisaje de rasgos otoñales y el suave frescor del tiempo, los tres ciclistas nos encaminamos hacia el embrujado Vianos antes de comenzar la subida al Puerto del Barrancazo que logramos culminar satisfactoriamente. En el descenso fuimos dejando atrás los innumerables bosques de pinos, encinas, robles y aliantos, ese enemigo invasor que tanto preocupa a Bernard pero que tapiza asombrosamente algunos paisajes.
En Paterna del Madera pudimos hacer una breve parada para un café mientras comprobábamos el retorno generalizado de la gente, el ruido y los carteles taurinos a esta España rural ávida de cachondeo. Siguiendo hasta el cruce que nos hubiera llevado hasta Bogarra, tomamos a mano izquierda el camino hacia Peñascosa y nos encontramos con el tramo de carretera que desmerece del conjunto de la ruta. El asfalto está abandonado además de descarnado y parcheado con ciertas zonas menos malas pero infames para un pedaleo cómodo, especialmente en las bajadas. Fue nuestra particular evocación de la reciente Paris - Rubaix, de épico recuerdo.
Superado el trance, con el Puerto de los Cuervos incluido, según ha desvelado la aplicación Strava, continuamos hasta Peñascosa cuando habíamos sobrepasado las dos de la tarde y decidimos hacer una parada para reponer fuerzas y líquido en una de las terrazas al paso, que nos resultó acogedora, entre el sol y la sombra y rodeados de familias que tomaban el aperitivo y todoterrenos que llegaban o partían con distintos destinos.
Tras el improvisado almuerzo en ruta, emprendimos los nueve últimos kms. con mejor asfalto, en continuo descenso y dejando a un lado el santuario de la Virgen de Cortes que presentaba también movimiento de personas antes de llegar nuevamente a Alcaraz, subir sus empinadas cuestas hasta llegar al coche y dar por concluida la ruta no sin otra parada ocasional para hidratarnos en una terraza de Osa de Montiel concurrida por jóvenes y otras no tanto, que entretenían su ocio aprovechándose también de las bondades del clima.

DATOS TÉCNICOS DE STRAVA
ITINERARIO: Alcaraz - Vianos - Pto. del Barrancazo - Cortijo de Tortas - Paterna del Madera - Pto. De los Cuervos - Catalmerejos - Peñascosa - Ermita de Cortes - Alcaraz

DISTANCIA: 69 KMS.

TIEMPO PEDALEO: 3 H 40' 48''

VELOC. MEDIA: 19 K/H.

VELOC. MAXIMA: 67 K/H.

CALORÍAS:1.690 KCAL.

9 DE OCTUBRE DE 2021