lunes, 9 de marzo de 2015

DÍA HISTÓRICO PERO... FIN DE SEMANA NEFASTO PARA EL MADRIDISMO

R. MADRID CASTILLA 0 - 2 U. D. YUGO SOCUÉLLAMOS

Panorámica del Estadio Alfredo Di Stéfano al comienzo del partido

Cumpliendo un deseo largo tiempo acariciado, ayer domingo asistí al partido disputado en el Estadio Alfredo Di Stéfano de la Ciudad del Real Madrid en Valdebebas entre el equipo filial madridista y el Socuéllamos, equipo de la vecina ciudad que está militando por primera vez en su historia en la liga de 2ª División B. Además lo hice gracias a la gentileza del buen amigo y expresidente castillista Juan José Borrachero, que nos recibió en su feudo junto al Club de Tenis Chamartín, cuyas instalaciones nos enseñó con detalle y donde pudimos compartir la velada del almuerzo acompañados por su amigo Víctor Alba, de mi primo Pedro, socio y madridista de postín, y con mi hijo Héctor y su pareja Sandra que se sumaron a la velada.

Justo y J.J. Borrachero en el Club de Tenis Chamartín


La presencia junto al palco de honor del estadio ya fue todo un privilegio, que vino precedido por la entrada al parking VIP del recinto, desde donde pudimos ver el desfile de viejas glorias que acuden animados por la nostalgia a apoyar al equipo de la cantera al que tantos desvelos dedicaron algunos de esos personajes como el propio Juan José. En el palco estaban Fernando Hierro, J. Emilio Santamaría, Pachín... entre otros históricos. 

Pedro, Héctor y Sandra



En lo estrictamente deportivo, el equipo filial fue una copia del equipo mayor en cuanto a su actitud y eficacia dentro del terreno de juego. Únicamente en su descargo se puede decir que el arbitraje del Sr. Jaime Ruíz Alvarez fue poco afortunado en la expulsión de un jugador castillista y del riguroso penalti con que sancionó a los locales y que supuso el 0 a 2 definitivo para los socuellaminos. Lo cierto es que tácticamente mi amigo Ángel García Cosín le ganó la partida nada menos que a Zinedine Zidane  y ello pese a que tuvo que dirigir el encuentro desde una de las cabinas-palco situadas en la parte alta de la tribuna y desde la que lo pude saludar en un momento de la 2ª parte.

El partido tuvo escaso juego por parte de los blancos y salvo una penetración al inicio de Burgui, que casi se planta solo ante el portero, no hubo después signos de peligro en las acciones de los locales, contrarrestados siempre por un ordenado Socuéllamos, que peleó con ardor casi todos los balones, que tiró de oficio cuando tuvo el marcador a favor y supo mover y desgastar a los jóvenes madridistas y que mostró en algunos jugadores, como el ex del Gimnástico de Alcázar, Carlos García, todo un modelo de entrega, potencia y garra para no dejarse impresionar por el supuesto mejor caché de los blancos. Decepcionante también el noruego Odergaard, que mucho tendrá que crecer como futbolista si realmente quiere ser la figura que nos habían vendido como perla tras su fichaje. No me lo imagino ni de comparsa en el actual primer equipo.

Numeroso público de Socuéllamos en las gradas


Lo mejor de todo es que fue un día estupendo de sol y buena temperatura, que el público que acudió masivamente a apoyar a su equipo desde la vecina localidad socuellamina, lo pasó en grande y le quedará para siempre la fecha del triunfo sobre el Real Madrid Castilla en partido de liga de 2ª División que formará parte de los anales de su historia deportiva. Y que nosotros, gracias a las buenas amistades que conservamos en Madrid, pudimos ser testigos de lo acontecido.


Entrada del partido y credencial del Palco de Honor


ATHLETIC DE BILBAO 1 - 0 REAL MADRID

En San Mamés el Real Madrid perdió el liderato y el norte de esta temporada que arrancó de forma explosiva y llegó a su apogeo con la conquista del campeonato del mundo de Clubs pero que llevó al equipo a una falta de identidad en el juego de la que no es capaz de recuperarse, por el momento.

Son muchos los factores que pueden contribuir a esta situación y desde nuestra óptica siempre desconoceremos los más íntimos, pero nuestra posibilidad como seguidores blancos y aficionados es juzgar con los elementos de que disponemos. Mi intuición me dio que el equipo sería incapaz de remontar el gol de Aduriz, conseguido mediada la primera parte, y finalmente se cumplió el vaticinio.
Son cosas difíciles de demostrar, pero el fútbol también se mueve por golpes de corazón y sensaciones no demostrables.

Si realizamos un análisis más riguroso en lo futbolístico parece haber coincidencia en dos grandes males que afectan al equipo. El primero es la falta de creatividad y lentitud de los mediocampistas a la hora de elaborar el juego. El Madrid echa en falta a Modric y James para escoltar a un Kross algo quemado y a un Isco que se enreda en filigranas pero que no es resolutivo en muchas de sus intervenciones. Siento discrepar de esa oleada de admiración que despierta el malagueño, pero he visto jugadores mucho más eficaces y talentosos técnicamente con la camiseta blanca. 

El otro gran problema viene dado por la falta de resolución de los tres atacantes que, resulta evidente, no logran coordinar sus acciones con el entendimiento necesario. El galés Bale termina por perderse tanto en su ubicación como en su sentido del juego colectivo del que cada vez está más ausente. Cristiano y Benzema son más eficaces cuando dirimen entre ellos la responsabilidad de sacar provecho a los balones que les ofrecen los centrocampistas pero se pierden en interminables movimientos cuando el balón no fluye con la debida velocidad o se anulan las posibilidades del contraataque.

En suma, un Real Madrid muy por debajo de sus expectativas, sin la necesaria ambición y mordiente que suplan las carencias señaladas y lejos de su mejor momento de juego. Si el equipo no lucha cuando fallan otros aspectos, la impresión que transmite es de indolencia, aunque no  sea ese el estado anímico que quieren transmitir sus capitanes en las ruedas de prensa cuando aparecen.



1 comentario:

Juan José Delgado Lopez dijo...

Lo pase bastante jodido ¿después de tener mi flamante Plus?