lunes, 29 de abril de 2013

MACUTILLO 2013 POZO ALCÓN


“Me gusta mucho subir a las montañas, no así la playa, sino lo alto, el esfuerzo”    
José Saramago en El Mercurio, 1994.

Sábado 27 de Abril de 2013

Esta nueva oportunidad que nos brindaba el International Cycling Club de abordar una de sus pruebas más clásicas del calendario, el Macutillo, vino salpicada por la inestabilidad climatológica. Y así fue hasta el último momento dado que ya desde el inicio, cuando Petrosian recogía a Fontaine en Alcázar y montaban el dispositivo para la cita colectiva, no paraba de diluviar en los alrededores.
 
Concentración en Valdepeñas
Sumado al grupo Joseph Dfa en Manzanares, los nubarrones no desaparecían del horizonte y cabía una reconsideración del aplazamiento cuando todo el grupo se reencontrase en el punto de inicio situado en el Supermercado Simply de Valdepeñas. Con rigurosa puntualidad acudieron el resto de asociados a la cita e incluso Malaño llegó vestido de señorito y con su moza menor portando sus pertenencias en coche auxiliar.

No hubo muchas discusiones y el espíritu aventurero triunfó rápidamente al tiempo que las nubes más negras desaparecían paulatinamente del horizonte inmediato. Así las cosas la expedición tomó rumbo al paso del Despeñaperros, recordando la feliza etapa de Aldeaquemada donde el colosal viaducto impone su imagen y facilita el tránsito de vehículos de manera sorprendente.
Desde Navas camino de Sabiote

Con alguna modificación sobre las previsiones iniciales, la salida en bici se fijó definitivamente desde las Navas de San Juan, en uno de cuyos bares céntricos y cercanos al lugar donde quedaron aparcados los dos vehículos expedicionarios, tomamos las fuerzas últimas antes de emprender la marcha ciclista degustando por vez primera en esas latitudes su producto estrella: el aceite de oliva, como ingrediente que aderezó unas suculentas tostadas y acompañó al reconfortante café con leche.

Eran las doce en punto de la mañana y los ciclistas tomamos la carretera en dirección a Sabiote apuntando ya la ruta lo que sería una constante durante toda su extensión, la combinación incesante de subidas y bajadas que mantendrían las piernas de los corredores en continuo estado de activación y resposo con la dificultad que eso entraña y que ha dado lugar a que se conozca como ruta rompepiernas. En este tramo pasamos junto al embalse de Olvera que nos daba una idea de la gran cantidad de agua acumulada por doquier.
Los ciclistas del ICC en pleno esfuerzo inicial

Tras el paso por Sabiote, un descanso en el siguiente pueblo, Torreperojil, cuya plaza principal se prestó a la vigilancia cercana de las bicis, acomodadas en las vidrieras del bar Patojo, cuyo dueño nos dejó sacar nuestros bocadillos al tiempo que pedíamos unas cervezas (Cruz Campo que es la regional) y nos ofrecía unos vasos de caracolillos a la hierbabuena cuyo caldo se mantenía caliente y listo para ser bebido antes de acabar con los moluscos.
Los caracoles del Bar Patojo en Torreperojil

El paso acomodado de Pepe Malaño por las numerosas cuestas permitía a los congregados a su alrededor escuchar las últimas novedades sociales en la comarca o las referencias a historias siempre amenas como las aventuras de Gregorín el solanero seductor que se cansó  de repetir siempre con su misma pareja y probó si era cierto que en la variedad estaba el gusto y algo más.

La siguiente población por la que pasamos sobre las tres y media de la tarde era Peal de Becerro, vieja conocida de algunos expedicionarios y que una vez atrevesada propició uno de los pocos incidentes negativos de la ruta al cruzarnos con otro ciclista que nos saludó, perdió el control de su bici y fue a dar con sus huesos en el suelo sin graves consecuencias. Varios de los integrantes del I.C.C. más cercanos acudieron prestos a socorrerle y cuando se comprobó que la cosa no tenía mayores consecuencias, continuamos todos nuestro camino.
Vistas de Quesada
Las vistas de Quesada como próxima localidad eran espectaculares. Situada en la falda de la sierra, con el sol iluminando de lleno su perfil y los numerosos carteles anunciando el desvío hacia el Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas así como el Museo de Zabaleta que se encuentra en dicha población. Para nosotros era la antesala de uno de los puntos fuertes de la ruta, el ascenso al puerto de Tíscar de 1189 m. que prácticamente se iniciaba en las rampas anteriores a la entrada de la población.

Los porcentajes de desnivel no son muy altos, oscilando entre el 4 y 6 % casi todo el trazado, pero su longitud en torno a los doce kms., hacen que su paso sea una buena prueba de fuego. Pero lo más sorprendente es la inmensidad de riscos, pendientes y senderos que se divisan en sus inmediaciones y la gran cantidad de atractivos naturales que apunta para un recorrido detenido por toda su extensión. Sin duda fue una invitación espontánea para volver en otra ocasión para saborearlo. Además, cerca se encuentra la pequeña población del mismo nombre y una ermita o santuario cuya romería parece gozar de gran predicamento en toda la zona.
Culminado el Puerto de Tíscar

Salvado ese último y principal escollo, el camino hacia la meta era cuestión de otros veinte kms., muchos de los cuales hicimos en descensos arriesgados como prueba de que mi marcador de seguimiento alcanzase por vez primera los 77 kms/hora desde que controlo todos los parámetros de mi discurrir ciclista. Y así, a las 18:30 en punto de la tarde entrábamos en las primeras casas de Pozo Alcón, meta establecida para esta primera etapa y lugar que delimita el final suroccidental de la Sierra de Cazorla.

Localizado el Apartotel Al Alba, recibidos amablemente por Toñi, su propietaria, que puso a nuestra disposición todas las comodidades del hogar provisional y compartido del que disfrutaríamos como grupo, la sorpresa fue contar con un inesperado jacuzzi que hizo las delicias de los que no dudamos en hacer uso del mismo. Tras la dureza de una etapa tan exigente como la acometida, dejarse llevar por el placer y la sensación relajadamente gratificante del burbujeo que produce un suave masaje a las doloridas carnes ciclistas, no tiene precio.
Dos de los ciclistas relajándose en el jacuzzi del Hotel Al Alba
Además la temperatura del agua, permitía jugar al doble estímulo que calor y frío producen en el sistema circulatorio cuando, como yo hice después, sometí al cuerpo, concretamente a las piernas por ser la zona más castigada en el pedaleo a una ducha fría que por contraste estimula el flujo sanguíneo y favorece el retorno venoso.
 
Las bicicletas dentro del apartamento
Como suele suceder después, y más en una población de escasos atractivos según fuimos comprobando, lo inmediato es tomarse unas cervezas para reponer líquido, descansar y si encima juega el Real Madrid frente al Atleti por Tv, mejor que mejor, aunque el partido fuera soporífero por no decir otras cosas más acordes con lo que vimos. Hasta el punto de que hubo coincidencia en que una vez llegado al descanso decidimos dar una vuelta para ver la población e ir buscando algún lugar donde reponer fuerzas tras la jornada. La población nos pareció decepcionante. Poco ambiente, arquitectura impersonal, triste y caótica. Hasta la iglesia, de reciente construcción, denotaba el tipo de poblaciones construidas al abrigo de una economía emergente en algún momento pero sin criterios claros de continuidad ni de identidad.

Elegimos finalmente cenar en la Pizzería Strada y creo que acertamos, pues tanto las viandas respondieron a nuestras expectativas así como el poco personal que se movió para ser un sábado por la noche, se concentró en esos momentos allí. Luego, parte del grupo, Malaño, Martinelli y Petrosian no renunciaron a esa escapada nocturna que tan sabrosa les resulta pero de la que no podemos dar detalles, ni por conocimiento, ni por evidenciar situaciones de las que preferimos no enterarnos para mantener la honorabilidad del Club.

DATOS TÉCNICOS DE LA ETAPA

ITINERARIO: Navas de San Juan – Sabiote – Torreperojil – Peal de Becerro – Quesada – Puerto de Tíscar – Pozo Alcón.

DISTANCIA: 97’5 kms.
TIEMPO DE PEDALEO: 5 h. 30’ 04’’
VELOCIDAD MEDIA: 17’7 kms/h.
VELOCIDAD MÁXIMA: 77’8 kms/h.
CALORÍAS: 1890


DOMINGO 28 DE ABRIL DE 2013

Despertamos a las 8 de la mañana para poder disponer del desayuno previsto a las nueve por parte de Toñi. El lugar del apartotel se prestaba a la familiaridad y al espíritu grupal compartiendo estos momentos básicos de convivencia y de reposición de energías para el esfuerzo. Creemos que algo escaso en variedad y carente de algunos componentes saludables como los cereales o el zumo, limitamos su ingesta a las clásicas tostadas y al café con leche para comenzar con estímulo esta segunda etapa que ya apuntaba gris desde que contemplamos el cielo en los albores del día.
Desayunando antes de la salida

Nos despedimos del lugar haciéndonos unas instantáneas para el recuerdo, que bien podrían ser las fotos oficiales de la salida por su pose convencional y el formato que adoptaron los ciclistas en su colocación. Además, Toñi también se unió a una de ellas para quedar inmortalizada como parte de los atractivos de la salida. Salida que variamos ligeramente sobre lo previsto, intentando evitar algo de subidas al trazar el itinerario más cercano a la cuenca del río Jandulilla que transcurre por esos lares. 
 
Foto del grupo con Toñi acompañándonos
Abandonamos Pozo Alcón descendiendo por una carretera en una espectacular bajada con vistas a un horizonte despejado, pero jalonado de montañas coloristas que le otorgaban una visión indescriptiblemente bella y agreste. Seguimos por Hinojares hasta  llegar a Huesa, población pintoresca situada también en la falda de la sierra y desde allí a Cortijuelo camino de Jódar. Pero he aquí que el elemento hasta entonces dubitativo y respetuoso hizo acto de presencia para no abandonarnos: la lluvia. A medida que avanzábamos hacia la población, la lluvia se iba haciendo más intensa hasta el punto de que llegamos al primer lugar cercano a la carretera, el restaurante Ambarella, en el Camino de los Picones, con la fortuna de poder refugiarnos, secarnos y tomar la decisión más trascendente, continuar bajo la lluvia o suspender el resto de la etapa cuando aún restaban más de cincuenta kilómetros.
Espectaculares vistas a la salida de Pozo Alcón

La decisión no fue fácil pues los miembros del ICC están acostumbrados a los retos difíciles, al idilio con la épica, a la gesta imperecedera que contar a la descendencia… sin embargo, prevaleció la cordura, se impuso el sentido común y se derribaron las tesis del Fary, que con grandes dosis de vehemencia Martinelli repetía como un mantra:

-      ¡Hombres blandengues! Eso es lo que sois.

Pese a ello, la mayoría aguantó ese chaparrón moral y se protegió del hídrico en las instalaciones del referido restaurante, al tiempo que se solicitaba un taxi para que los conductores fueran hasta el punto de origen en Navas de San Juan y volvieran para recoger al resto de expedicionarios. La espera se hizo amena entre conversaciones con los propietarios del lugar y algunos aperitivos que nos sirvieron para entretenernos. También porque otra amplia familia se acomodó en una de las mesas del comedor y mientras los adultos daban cuenta del menú, los más jóvenes disfrutaban de un castillo hinchable instalado en mitad del propio local. Cosas de este país que tiene una inclinación ferial por encima de la media europea sin ninguna duda.
El restaurante Ambarella sede de la decisión

De tal modo se fue transformando el ambiente que, con sólo dos mesas de comensales, una televisión y el castillo mencionado, el ruido ambiental era comparable al de cualquier feria de pueblo en hora punta de visitantes. Es lo que tiene la España cañí, la de charanga y pandereta o la de librepensadores como El Fary que inspiró a Julián toda una tesis involutiva sobre la especie, que aplicó al grupo de ciclistas del ICC como la maldición de la que les costará sobreponerse. Menos mal que el camino de retorno nos fue confirmando que la jornada iba a pasar a la historia como una de las más lluviosas de la actual primavera y... no hace falta evidenciar como está siendo.
Comida final en Jódar





DATOS TÉCNICOS DE LA ETAPA




ITINERARIO: Pozo Alcón – Hinojares – Huesa – Cortijuelo – El Salón - Jódar

DISTANCIA: 52,8 kms.
TIEMPO DE PEDALEO: 2 h. 35 ’ 29 ’’
VELOCIDAD MEDIA: 20 kms/h.
VELOCIDAD MÁXIMA:52,1 kms/h.
CALORÍAS: 998

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