GIMNÁSTICO DE ALCÁZAR 1 - 3 C. F. TALAVERA
El inicio liguero del Gimnástico de Alcázar no ha podido tener peor conclusión con su contundente derrota ante el siempre potente equipo del C.F. Talavera. Y lo cierto es que el marcador no refleja con objetividad lo que se vio en el terreno de juego.
La primera parte fue un toma y daca de ambos equipos con numerosos balones aéreos y escasa profundidad, además de continuas imprecisiones en la entrega. El Gimnástico no encontraba las vías de pases ni el rematador que las culminara cuando éstas llegaban. Pero, como suele suceder en este tipo de encuentros, fue el árbitro quien desniveló la balanza en favor de los visitantes al ignorar dos claras acciones sancionables en el área talaverana. La primera por derribo ostensible de un empujón a un jugador alcazareño, que protestó inútilmente. La segunda, aún más clamorosa, por manos dentro del área de un defensor talaverano, sin intención pero impidiendo la trayectoria de la pelota, que era claramente peligrosa.
Los árbitros, como casi siempre en estas categorías, se erigen en protagonistas negativos de los encuentros y no se atreven a ser ecuánimes simplemente, como correspondería a su función. Es verdad que ya no se crearon más ocasiones claras, pero el equipo alcazareño tenía la sensación de jugar contra doce rivales y eso suele mermar siempre la moral de cualquier equipo.
Fue en el minuto 65 del partido cuando un remate sin aparente peligro del talaverano Loiasa quedó fuera del alcance de Franky, el portero alcazareño que pudo hacer algo más en este lance como también en el siguiente remate del mismo jugador que subió al marcador dos minutos más tarde. El partido quedaba sentenciado, pues es difícil remontar dos goles y menos cuando se ha intentado durante tanto tiempo de forma estéril. Para rematar el resultado y tras un genial jugada del 22 talaverano, Rubén puso el broche con un tercer gol que resultó definitivo. Ya en los minutos finales y a la salida de un corner, Chivo, libre de marca cabeceó a la red de gol del honor para los locales.
Mal comienzo de la temporada y ante un escaso público, lo que pone de manifiesto su alejamiento del equipo, tanto en las duras como en las maduras. El fútbol aficionado agoniza y con estos mimbres es difícil resucitarlo.
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