jueves, 31 de diciembre de 2009

PADRES 5 - 6 HIJOS... Y PABLO




Una nueva edición de lo que ya se ha convertido en un clásico de nuestras navidades, esto es, el partido entre padres e hijos, tuvo lugar ayer 30 de diciembre de 2009, para cerrar la década inicial del siglo XXI con un homenaje a nuestro deporte más querido y del que algunos nos hemos despedido ya obligados por el paso del tiempo.

Como si de un milagroso fenómeno meteorológico se tratase, el cielo abrió su encapotado gris de estos días, para dar paso a una mañana limpia y luminosa, con temperatura suave, ideal para la práctica del fútbol y con un terreno de juego magnífico por su extraordinario drenaje, que permite asimilar grandes cantidades de agua sin resentirse.

Las dimensiones de estos campos aptos para el Fútbol - 7 son las ideales también para este tipo de partidos dado que permiten dosificar mucho mejor las fuerzas y las distancias y, como ocurrió con los padres, dar muestras de una calidad en el juego suficiente como para contrarrestar la inexorable falta de condición física.

Y así el partido transcurrió inicialmente con una superioridad de los jóvenes que hicieron un fútbol directo, de fuertes lanzamientos y presión insistente a la que los padres difícilmente podían responder. Sólo el debutante Antonio Garrido y Gregorio, estaban a la altura física necesaria, dándole consistencia a su equipo. Mas los goles de los jóvenes no tardaron en llegar y el marcador reflejaba en el primer tiempo un 4 - 1 favorable a los hijos, que presagiaba una derrota incontestable.

Nada más lejos de la realidad. Los padres consiguieron acomodar su ritmo y su situación en el campo para mover acertadamente el balón, mantener el control del mismo en lo posible y llegar con peligro al área rival hasta el punto de conseguir un empate a cuatro a falta de diez minutos para la finalización. Y el culpable final de esta remontada fue Justo, que marcó tres goles esperanzadores para los suyos, y aún pudo aumentar su cuenta si la fortuna y el declive físico no le hubieran pasado factura.

De todos modos fue suficiente, pues los hijos tuvieron que hacer un último esfuerzo para desequilibrar nuevamente la contienda marcando dos nuevos goles y dejando casi sentenciado el choque, con Pedro El Joven lesionado en una entrada involuntaria de Esteban hijo, que lo desequilibró y con un gol de última hora de los padres que sellaron así una actuación digna y meritoria.

Es de destacar la presencia de Pablo Garrido, el más joven del encuentro, que se unió a los hijos como debutante de una jornada que se le grabará con seguiridad en su memoria, por enfrentarse a su padre de forma organizada, por jugar frente a antiguos jugadores locales con los que se lleva más de cuarenta años de diferencia y por haber tenido, en definitiva, un regalo de Reyes anticipado e inesperado, para un chico que por su entusiasmo hacia el fútbol, esperemos verlo pronto en empresas de mayor enjundia competitiva.

Como suele ser habitual, una gachas, con su acompañamiento, pusieron fin a la velada en el marco del ciclista Bar El Pichi, donde reinó la camaradería, la fina ironía y todos esos fantasmas de lo que pudo ser y no fue que suceden a los partidos una vez finalizados y además ante la atenta mirada de Oscar Sevilla y demás troupe ciclista que no paran de observar a los comensales mientras permanecen en el local.

2 comentarios:

antoniogarrido.es dijo...

Lástima los dos goles finales de los hijos. Que poquito faltó. El año que viene será. De hecho, Pablo ya está deseoso de volver a jugar.

calata dijo...

me han llegado rumores de que la estrella goleadora y desiquilibrante - un tal bekan- de los padres este año no ha podido asistir por lesión - y falta de entrenamiento, creo- Otra cosa hubiera contecido en el sembrao, jajaja, saludos y feliz año