sábado, 5 de octubre de 2024

REGUILLO, UN CAMPEÓN SILENCIOSO



Abrumado aún por su fallecimiento el pasado 2 de octubre y más por la trágica desaparición, casi al mismo tiempo, de su esposa Mª Carmen, bellísima persona, prudente, guapa y discreta, me resulta obligado dedicarle unas líneas a modo de homenaje póstumo, pues su recuerdo permanecerá siempre.



Regui, como le llamábamos cariñosamente, ha sido para mí como un padre deportivo. Él me rescató para el fútbol local aficionado cuando yo estaba deambulando entre otros intereses ajenos al deporte y me incluyó en su Boyman, un equipo peculiar que tuvo su momento, formado por amigos, pero bajo su disciplina de “base”. Este equipo lo asumió después la Asociación Cultural Abrego en los años 80-90 y llegó a ser campeón de las XXIV horas de Fútbol Sala en dos ocasiones. La de la foto que se acompaña es en 1985. Y también la de su última ficha como jugador local en la temporada 1985-86.





En septiembre de 1994 le tributamos un homenaje por su compromiso con el deporte local y particularmente con el fútbol, al que acudieron muchos de los jugadores que lo habíamos acompañado. La foto que también se acompaña ilustra ese día y el siguiente texto sirvió como motivo para el brindis en la posterior cena:





No te esperabas, Reguillo, este acto singular,
no sospechabas de “base” que la gente que jugaba
conservaría tu amistad.

Atrás quedaron los goles, las camisas sin planchar,
el cestón tosco de mimbre y la tabla con la lista
del equipo titular.

Aquí los tienes a todos, titulares y suplentes,
los porteros, los leñeros y los que la saben pegar.

Esto no es cuestión de nombres
ni de tácticas sin más.
Aquí nos une el recuerdo
de gratitud personal.

Por ello…
Alcemos todos la copa y brindemos cada cual:
Boyman, Ábrego… REGUILLO,
¡¡Estrellas del fútbol local!!

En esa misma época me animó a acompañarlo a preparar la Maratón Popular de Madrid en 1987, cuando él llevaba casi una decena de participaciones y no le importaba ser uno de esos chalados que corrían por Alcázar y sus alrededores ante el asombro o la incredulidad de los vecinos. En esto siempre fue pionero y jamás presumió de sus logros.





Nunca me olvidaré de aquellas mañanas heladas saliendo desde la Escuela de Maestría, ahora IES “Juan Bosco”, del que fue profesor muchos años, para calentar por esas avenidas y hacer luego 20 o 30 kms. por los caminos y carreteras cercanos a la población para ir cumpliendo con su plan de entrenamiento.



Finalmente llegó el día de la prueba y en las fotos se nos puede ver al grupo de alcazareños que nos reunimos en la calle Menéndez Pelayo de Madrid antes de la salida y a mí con Regui en pleno calentamiento. A la postre fue mi primera y única participación en la misma, pero supuso un logro que se lo debo agradecer a él principalmente. También de esta época conservo la foto de una participación en el Cross de Navidad en Alcázar con nutrida representación de atletas de la A.C. Ábrego y Reguillo como entrenador.



Paralelamente a estas actividades, su inclinación hacia la práctica de cualquier deporte nos llevó a organizar una salida veraniega en bicicleta, cuando la temporada futbolística estaba paralizada por las fechas. Hasta entonces no pasábamos de una ruta dominguera por las cercanías de Alcázar, pero a partir de ese momento decidimos ampliar recorridos y hacer noches en algunos lugares de interés.



La primera salida fue por la zona, partiendo desde Alcázar y pasando por Puerto Lápice, Daimiel y Almagro, donde tomamos la foto que aparece en el Parador de Turismo con los pioneros del grupo: Juan Garrido, Juan Ramos, Juan Barrilero, Justo López y Juan A. Reguillo. La noche la pasamos en un hostal de Calzada de Calatrava y el regreso fue al día siguiente. Todo ello sucedió en el verano de 1982, pero desde entonces fueron más de 25 años recorriendo casi toda España a lomos de nuestras bicicletas en rutas más o menos largas y con desiguales perfiles y dificultades.

No es objeto de este homenaje describir la cantidad de anécdotas, cientos de fotografías y recuerdos acumulados en esos años, pero no me resisto a evocar algunas muestras significativas.



Además de la ya reflejada etapa inicial, que supuso el bautismo aventurero para nuestro grupo, la siguiente de 1983 por terrenos de Albacete y tomando el tren hasta el punto de partida, nos llevó hasta la Suiza Manchega, es decir, Ayna, en plena sierra de Alcaraz, donde Regui estuvo a punto de llamar a un taxi para salir de esas impresionantes subidas.



Por la Serranía de Cuenca en 1984 tuvo lugar una de las salidas más recordadas por los contactos que Reguillo tenía con algunos empleados de telégrafos en la etapa en la que ejerció como funcionario de dicho servicio.



En Arroba de los Montes, allá por 1985 nos unimos un amplio grupo y salimos con el uniforme del Club Ciclista Alcazareño con el objetivo de dejarnos ver en otras localidades. Nos acompañaba Emilio Fernández Agraz, entonces Alcalde de Alcázar y amigo de Reguillo.



En 1993 hicimos la llamada ruta del Río Tajo, pasando por Aranjuez, Toledo y Chinchón, a cuya plaza corresponde la foto que se incluye y en la que aparece también su hijo Juan Antonio Reguillo Jr.



En el año 2000 salimos hasta Salamanca para realizar una ruta por la Sierra de Francia que resultó inolvidable no solo por la visita a la histórica y monumental ciudad universitaria, sino por el paso de localidades como San Martín del Castañar, en cuya pensión nos encontramos una peculiar pareja de anfitriones y la presencia de Luda, inmigrante de los países del Este.



Poco a poco, como consecuencia de la edad y la merma de fuerzas, Regui se fue apartando del grupo para estas salidas, siendo la última vez en 2010 en una ruta por las Hoces del Cabriel. Nos alojamos en Enguídanos, donde pudimos disfrutar de su animada presencia y donde hizo uso de su bici de montaña, modalidad que no era precisamente de su agrado, pero que utilizó dadas las necesidades de esta ruta.

Sé que Reguillo habría huido de estas alabanzas y le hubiera procurado una incomodidad hablar de su persona y sus valores, como también rehusó a que lo presentara como candidato a la trayectoria en los Premios del Deporte Local, que se siguen celebrando en nuestra población. Pero seríamos injustos si no ensalzamos su figura, que es la de todo un campeón, aunque sea un campeón voluntariamente silencioso. Descansa en paz, amigo Regui.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

DEP el que fue mi profesor de Matemáticas en la Cervantes y por lo leo buen deportista del pueblo.

Anónimo dijo...

Grande por lo que hizo y por lo que os aportó de estimulo y ejemplo.