Hace tiempo, otro cicloturista, porque no olvidemos que es lo que somos, me
decía que últimamente comían más que pedaleaban. Ese es el riesgo. Que la
nevera y Los Arcos se impongan a la siempre desafiante aventura de superarse a
uno mismo. Por ahora creo que no tenemos motivos ni siquiera para la duda.
Desde siempre, los grupos de cicloturistas han terminado en el bar. Como narra
F. Aramburu en “Patria” que hacían todos los domingos Joxian y El Txato cuando
terminaban su ruta y se dirigían al Pagoeta a tomar unos huevos fritos con
jamón.
La tertulia de hoy en Los Arcos, aderezada por un calor más sofocante que
las cuestas por Ruidera, ha sido tan sabrosa como los higadillos de la “tapa”,
las plastificadas gambas al ajillo, obsequio del bar, o las patatas boloñesas
pringadas de salsas bravas. Berna hablaba de cómo nos dejamos llevar por
tonterías. Antonio, “El Maci”, que además de ser un buen ciclista, aporta un
comentario lleno de sensatez: Hay que olvidarse de abanicos y otras argucias
ciclistas. Lo importante es la seguridad y hay que circular en fila aunque el
viento nos perjudique. ¡Qué más darán varios minutos perdidos! Añado yo. Juan
Antonio no encuentra frases largas en sus conversaciones familiares del
whatsApp más allá del “estoy en Los Arcos”. La terraza, curiosamente poblada
solo por deportistas al final de su jornada, no proporciona aliento ni a los difusores
del agua, que hacen su trabajo a duras penas con preocupantes parones e
intermitencias.
Antes de la salida en el Hostal Peñarroya |
La jornada había comenzado pronto, como parece necesario en estas infernales
jornadas. No eran las ocho y ya estábamos camino de La Solana. Dejamos a un
lado Las Pachecas, que nos recuerdan que aún existen latifundios. El grupo
circulaba con fluidez antes de entrar en las primeras y largas cuestas de
escaso desnivel. El terreno se reviste de monte bajo. La sombras de los ciclistas y sus máquinas se proyectan en el talud de la cuneta. Como en el mito platónico las sombras no son la realidad pero lo parecen. Las pedaladas reales hay que darlas. La entrada en La Solana
pide una foto que no hago. Voy cerrando el relevo. El grupo girando en
formación, el monolito decorando la primera rotonda y el sol dando la luz
favorable para el disparo. Siempre se pierden las mejores, aunque queden en la
memoria.
Parada en el cruce de Carrizosa a reponer fuerzas |
Superamos el laberíntico paso de glorietas, cruces y desvíos que nos ofrece
la ciudad de la Rosa del Azafrán y con La Moheda a la derecha nos encaminamos
hacia Albacete por la N-430. Sigue la llanura, los relevos cíclicos y el arcén
mejora en los primeros kilómetros. El terreno se ondula en el horizonte,
pasamos El Lobillo y el arcén se vuelve cada vez más áspero. Alhambra asoma en
lo alto de una colina que impone respeto para cualquiera que intente subir por
cualquiera de sus flancos. Para nosotros es el inicio de un sube y baja que ya
no tendrá final hasta Ruidera. Especialmente los primeros kilómetros son largos
y prolongados. A cuatro kilómetros del oasis
se divisan antenas y chalets. No hay torre que anunciar. El descenso se
hace muy veloz. Entramos por el llamado Hundimiento, un salto de agua que ahora
está en horas bajas.
Numerosos cicloturistas en el camino |
En el pueblo más ciclistas. Parada para repostar el agua necesaria y
suficiente para acometer la parte final. La hora es buena aunque el calor
aprieta. La Malena impone nuevamente el método K-1 y el grupo se dispersa hasta
casi la llegada al pantano en la que Josemi y dos mosqueteros más esperan
detrás de una encina para asaltar al resto del grupo. Los últimos kilómetros
hasta el Hostal Peñarroya son frenéticos y hasta Purito, que se había
reincorporado al grupo, se ve impedido de encender su cigarro antes de lo
deseado. Esperan los coches y el maletín o la nevera. Siempre es el mejor
soborno que todos aceptamos para cualquier final de temporada. Cosas de los
intermediarios de esta Liga interminable.
DATOS TÉCNICOS "STRAVA"
ITINERARIO: Hostal Peñarroya - La Solana - El Lobillo - Alhambra - Ruidera - Hostal Peñarroya
DISTANCIA: 92 kms.
TIEMPO: 3 h 29' 16''
VELOCIDAD MEDIA: 26,3 k/h
VELOCIDAD MÁXIMA: 65,9 k/h
CALORÍAS: 1.944
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