FÚTBOL: PADRES 1 - 9 HIJOS
Equipos iniciales sin refuerzos |
Más valdría olvidar esos recuerdos en lo futbolístico, pues evidencian la inexorable decadencia de un colectivo cuyo tiempo ha finalizado para poder rivalizar no ya con los hijos mayores, que cada vez se ausentan más en número, sino con los más pequeños que son capaces de ganar con excesiva facilidad.
Justo se dispone a sacar de banda |
Para colmo, los refuerzos espontáneos adquiridos de entre una cuadrilla de mozalbetes que se encontraban en la instalción jugandillo por libre, no resultó nada favorable, dado que acapararon el control abusivo del balón, no favorecieron el poco juego combinativo de los mayores y encima se enfadaron por ser sometidos a un fuerte correctivo de goles por unos rivales que, en apariencia, eran pan comido para algunos de ellos. Craso error.
Primera parte con igualdan en juego y marcador |
Al final, como casi siempre reinó la camaradería y los vencedores se llevaron un simpático y original trofeo: una botella de agua de las Perdigueras, símbolo de la lucha que un amplio sector de la población mantiene frente al grupo de poder local y sus posibles cómplices empresariales para la privatización del preciado bien público y que tiene en Juan Garrido al principal ejecutor de la plataforma que se opone a que este proceso se consume y las aguas pasen a ser gestionadas por entidades ajenas a los intereses ciudadanos y públicos.
El capitán de los padres entrega el trofeo al de los hijos |
Por último, el bar El Pichi fue nuevamente la sede de la celebración gastronómica que pone fin a la tradición del partido, con la degustación de unas gachas que se limitaron a los ocho comensales dispuestos a no dejar de cumplir con el ritual y además hacerlo desde la íntima distancia que produce el poder mojar en el caldero sin necesidad de alargar en exceso el brazo o tener que levantarse para hacerlo. En ocasiones la minoría es satisfactoria.
Imagen simbólica: Pablo, el más joven de los hijos levanta eufórico el trofeo mientras que Justo, capitán de los padres, se retira al fondo cabizbajo |
SALIDA CICLISTA POR LA SIERRA DE CRIPTANA
Para despedir el año y poder compartir con Héctor alguna salida durante las vacaciones nos desplazamos en esta última mañana del año hasta Campo de Criptana y sus cerros o sierras cercanas acompañados además por José Mari Ropero, el amigo de Héctor desde que eran niños y que ahora se ha picado también con el mundillo de las bicicletas.
El camino no fue ninguno de los habituales que conducen a la localidad vecina, sino que Héctor nos condujo por una senda que arranca desde la misma valla de El Gamonal para ir adentrándose de forma sinuosa y variada por distintos vericuetos hasta llegar al camino del Pico y desde éste subir ya por las laderas de la sierra hasta las afueras de la población.
Los tres ciclistas ante los majestuosos molinos de viento |
Esta modalidad, llamada enduro, supone un mayor dominio de la técnica porque combina pequeños saltos con descensos bruscos, subidas repentinas y sorteo de zonas pedregosas e incluso rodar sobre la misma roca en algunos tramos. Sin embargo, hay que reconocer que para los que no estamos acostumbrados a este tipo de prácticas puede resultar motivador y, sin duda, original y creativo. Nada que ver con el ciclismo clásico de carretera.
Una vez en las cercanías de los cerros, yo evité los recorridos más duros y seguí por el camino que de vez en cuando transito entre la ermita de San Isidro y los alrededores de los molinos hasta llegar posteriormente a la Virgen de Criptana. Todo ello dentro ya de un ciclismo todo terreno pero asequible y conocido por mi parte, sin riesgos ni exigencias especiales. Además, el ambiente en los molinos era magnífico, con gente fotografiándose al calor del sol de mediodía. Precisamente una japonesa nos hizo la foto que pasará por ser la última del año ciclista y que deja detrás un escenario propio de postal, con los gigantes de las aspas de fondo y nosotros tres como caballeros de quijotesca afición.
SAN SILVESTRE ALCAZAREÑA 2013
Con gran animación de participantes y escaso público inicialmente en la salida se celebró la San Silvestre alcazareña de trazado urbano y poca distancia, 3.500 metros, lo que la convirtió en un paseo de calentamiento para los fondistas y un sprint prolongado para los más rápidos.
Salida desde el polideportivo municipal |
Pese a que la participación es variopinta en todos los aspectos, las indumentarias festivas y carnavalescas contribuyen a darle ese aire desenfadado y como ajeno a la competición, si bien, el grupo de cabeza no pensaba lo mismo, pues desde el primer momento imprimieron un ritmo frenético a la carrera y descolgaron a todos aquellos que fueron a pasar un rato divertido sin más.
Héctor saluda a su paso |
Entre los asistentes numerosos conocidos y conocidas, amplia participación femenina que, en algunos casos, me resultó insólita por ser la primera vez que veía a ciertas damas vestidas de corto para este tipo de celebraciones.
Animada llegada en la Plaza de España |
De la familia, Héctor, que no se conformó con salir en bici por la mañana y estar más de dos horas subiendo y bajando cerros, que como forma de recuperación decidió tomar parte de esta carrera y la completó como quien no quiere la cosa. ¡Dichosos años veinte y sucesivos!
La meta era todo un mosaico colorista y festivo |
Me gustó finalmente la promoción de esta actividad entre los más pequeños, que acortaron su circuito y gozaron de una mayor expectación por la zona de la Plaza de España en donde estaba situada la meta y a donde acudió ya un más nutrido número de aficionados, curiosos y familiares que le fueron dando el calor necesario para que no pasase desapercibida.
1 comentario:
No se podría relatar mejor, muy divertido!
Publicar un comentario