Esta tarde he contemplado las noticias deportivas de TV 1 con ese sabor agridulce que dejan los contrastes de dos equipos que, por razones personales, ocupan mis preferencias en lo futbolístico pues, no en vano, mi padre pasó por ambos en su etapa álgida como futbolista. Me refiero al Racing de Santander y al Real Madrid. Curiosamente ambos han protagonizado la referida información y por razones bien distintas.
Jaro en el Racing 1951-52 |
Jaro con la camiseta del Real Madrid |
El Racing por su situación agónica, intentando purificar las tropelías de sus últimos gestores y tratando con gran dignidad de no desaparecer y pagar a sus futbolistas y técnicos que han dado una gran lección de firmeza en defensa de lo que es más que justo, esto es, recibir los salarios comprometidos por sus irresponsables directivos que afortunadamente han sido destituidos finalmente por la Asamblea de Socios. Lo lamentable es que el Racing de Santander es sólo un ejemplo más de la marea que invade al deporte más popular, pero a la vez más corrupto y mercantilizado que tenemos, el fútbol.
Grupo de Socios del Racing en actitud de deununcia |
Por contra, el Real Madrid ha presentado la que será nueva remodelación de su Estadio Santiago Bernabéu para convertirlo, tras una inversión de más de cuatrocientos millones de euros en el más vanguardista y emblématico del mundo, según palabras de su grandilocuente y megalómano presidente Florentino Pérez.
Florentino Pérez presenta el proyecto de remodelación del Estadio Bernabéu |
Este contraste me recordaba un fenómeno vinícola que tiene lugar merced a un hongo llamado Votrytis Cirenea que convierte la podredumbre de la uva en un vino exquisito, de gran riqueza sensorial, como el caso del Sauternes francés y otros de elaboración similar. Otra podredumbre noble pero metafórica, la Madryditis Dineraria está convirtiendo al Club blanco en el paradigma máximo del mercantilismo asociado a este deporte que nació en las escuelas y calles británicas hasta hacerse el más popular por la facilidad de elementos para practicarlo: un terreno llano, una pelota y dos piedras o similares como porterías, pero que incita a sus dirigentes a ver en él negocio hasta en las últimas briznas del césped de sus estadios.
Para colmo, leo en El Semanal de la Mancha que nuestro Club de Fútbol local, el Gimnástico de Alcázar ha lanzado un S.O.S. dada su precaria situación y la falta de planificación realista de una directiva que actuó frívolamente cuando asumió una responsabilidad sin garantías de sacarlo adelante.
2 comentarios:
Aunque el fútbol no es mi fuerte, me parecen muy acertados tus comentarios sobre el cáncer de todo el deporte: su mercantilización, su conversión en una mercancía.
Un abrazo
Enrique
Como en muchos otros ámbitos de esta sociedad, es curioso comprobar que hasta en el deporte hay contrastes tan extremos
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