domingo, 14 de julio de 2013

NUEVA SALIDA DEL I.C.C.

Aprovechando las vacaciones veraniegas pero con el riesgo de los compromisos familiares y de otro tipo de algunos de sus miembros, los ciclistas del I.C.C. se reunieron en Arenas de San Juan para afrontar una salida dura y exigente que finalmente sobrepasó los kilómetros previstos y especialmente desbordó los horarios de los organizadores.
Bernard y Malaño antes del incio de la salida en la Plaza de Arenas de San Juan

Bernard, Malaño y Fontaine fueron los únicos en acudir a la cita, si bien Joseph Dfa lo hizo como deferencia hacia sus compañeros esperándolos en el lugar de la meta aunque con desafortunada espera, pues, al prolongarse más de lo previsto, se vio forzado a tener que regresar sin conseguir su objetivo.

La mañana comenzó algo tarde en la plaza principal de Arenas de San Juan, donde los ciclistas habían quedado citados y tras algunas dudas sobre el incio más adecuado del recorrido, que les llevó a perder más de veinte minutos inciales, consiguieron ponerse de acuerdo y seguir el antiguo paso del río Gigüela ahora en franco deterioro y cortado al paso de vehículos por su riesgo de hundimiento.
Camino hacia Villarrubia con la sombra de las sierras al fondo

El camino hacia Villarrubia sale enfrente del cruce donde confluye el referido camino y la actual carretera nacional 420 en el tramo entre Puerto Lápice y Daimiel. Siguiendo por la carretera, que se encuentra en buen estado aunque algo áspera por el tipo de asfalto, llegamos frescos y rodados al comienzo de la subida desde la misma toma de la carretera de Urda. Son 32 kilómetros salpicados de todo lo que un buen aficionado ciclista necesita para dar satisfacción a su afición: subidas, bajadas, carretera en buen estado y escaso tráfico de vehículos de motor. Además siempre hay otros ciclistas que animan el recorrido en un sentido u otro.
Coronando el Puerto de los Santos camino de Urda

Llegados a Urda, parada obligatoria para reponer fuerzas en un bar céntrico y conocido de la localidad. Nuevas dudas sobre el mejor camino para el regreso pero Fontaine, que tenía reciente las dos alternativas, no dudó en recomendar la que pasa hacia la carretera de Los Yébenes, rodeando algo más la trayectoria pero evitando el atajo por tener un trazado infernal en cuanto al estado de la misma, con numerosos baches e irregularidades que la convierten en un suplicio desde sus inicios hasta el enlace con la ya mencionada de Ciudad Real a Toledo.
Malaño y Fontaine en la cima de los Santos

El calor y la distancia fueron haciendo mella en los corredores y pese al buen ritmo marcado por el riguroso  orden en los relevos, la llegada primero a Fuente El Fresno y finalmente de nuevo a Arenas de San Juan fue un alivio para los doloridos cuerpos de los participantes, cuya preparación han de seguir afinando si quieren que la salida principal del verano sea llevadera y no se convierta en torturante.

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