Nunca es tarde para inciarse en nuevas modalidades deportivas, a pesar de que ni la resistencia ni los reflejos respondan como sería de desear. Por eso, el padel es una actividad que se me resistía desde hace tiempo. Ciertamente había tenido alguna que otra oportunidad para practicarlo, pero hasta ahora había declinado las propuestas e invitaciones. Reconozco también que su asociación a la figura del expresidente Aznar, en su momento más alto de popularidad, me produjo cierta antipatía, aunque son prejuicios injustificados deportivamente.
Pues bien, superados estos planteamientos iniciales y animado por mi amigo y compañero Angel González de la Aleja, que se ha convertido en un asiduo practicante, con las raquetas y pelotas que nos proporcionó un crack de la especialidad como es Antonio Garrido, nos citamos esta mañana del gélido 2 de febrero para acudir al Gigante Padel de Campo de Criptana, recomendado por sus amplias y buenas instalaciones y disputamos un partido en campo doble para poner a prueba nuestras competencias.
Desde mi óptica, se trata de una variante del tenis, que sí he practicado y enseñado durante algunos años, aunque con el valor añadido del rebote en las paredes y fondo y unas dimensiones más asequibles en extensión, lo que propicia más vivacidad de movimientos, mayor necesidad de reflejos, mejor percepción del bote y las trayectorias y un dominio más intenso de los giros corporales, especialmente de los brazos y muñecas que están en continua rotación.
Para los practicantes del ciclismo, como es mi caso, se trata de una actividad compensatoria que activa el tren superior, poco trabajado en el deporte de las dos ruedas, pero, por lo mismo, carente del suficiente grado de puesta a punto que predispone a las contracturas y molestias en los músculos afectados.
Lo de menos fue el resultado, pero dentro del nivel de igualdad que mantuve con Ángel, puedo decir que finalmente resulté ganador a tres sets por un 7-5, 3-6 y 6-3 que quedará en mi memoria deportiva como el triunfo en un debut tardío. Espero que sigamos profundizando en esta divertida y animada práctica.
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