miércoles, 17 de septiembre de 2008

¡Vaya tostón!


La expresión hace tiempo que suele ser inusual, pero hay ocasiones en que es conveniente rescatarla. Después de la experiencia televisiva de esta tarde noche en el Bernabéu entre el Real Madrid y el Bate Borisov, en el primer partido de la Copa de Europa, no me queda más remedio que utilizarla con todas sus consecuencias. Es cierto que los equipos, a veces, se desmotivan ante los rivales flojos y pierden la tensión y la chispa necesarias para lograr brillantez. Robinson, en Canal +, lo ha expresado con gracia diciendo que es difícil bailar con un patoso. Pero el Real debe tener jugadores y motivaciones como para entretener a su fiel y costosa parroquia de todos los confines con algo más de lo que ha ofrecido.
Lo peor es que, salvo una transformación grupal basada en la lucha y en el empuje colectivo, los mimbres no sólo no dan para ganar la décima, sino ni siquiera para disputar con holgura las competiciones nacionales. Tiempo al tiempo.
Esto me ha recordado el pasado partido del Gimnástico ante el Tomelloso en la Copa Diputación. El equipo no da la talla y, salvo circunstancias muy favorables, tendrá muchos problemas para mantenerse en la categoría. Le falta creación, ambición y puntas resolutivos. La defensa, especialmente por el centro es débil y mediocre. Sin embargo y curiosamente, marcó el gol del honor en una jugada trenzada, bonita y bien ejecutada con una dejada última de un juvenil, llamado Albertillo, que promete ser el jugador a seguir para el resto de la temporada.
A veces, dentro de la maraña de lo mediocre, se encuentran destellos que nos dejan asombrados. Espero que se repita.
Alcázar 17 de septiembre de 2008

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