lunes, 28 de septiembre de 2020

EL I.C.C. EN RUTA POR EL CAMPO DE CALATRAVA

EL LEGADO DE DON ANDRÉS 

La convocatoria de esta nueva salida del I.C.C. llegó a finales de septiembre de este atípico año inolvidable por estar sometidos al influjo de la pandemia del coronavirus. Pese a ello, este singular Club Ciclista Internacional ha tratado de mantener el vínculo entre sus miembros como lo están haciendo las grandes pruebas competitivas como el Tour de Francia y próximamente la Vuelta Ciclista a España o el Giro de Italia.


Esta vez la cita de inicio tuvo lugar en la Casilla de Mirasierra, a 16 kms. de Manzanares, a los pies de la Sierra de Siles, en una genuina quintería campera que fue propiedad de los ancestros de Bernard y que resume el legado patrimonial más importante que puede hacerse entre generaciones.

Don Andrés Villegas era un próspero comerciante de Manzanares que tenía a gala una de las costumbres más populares entre las familias trabajadoras para disfrutar de su mes de descanso estival: arrendar una casa en el cercano campo a la población pero lo suficientemente lejos como para sentirse aislado. Hombre de tradiciones arraigadas en la cultura del español decimonónico, es decir, apasionado de la caza, de los toros y de otras actividades semejantes en cuanto a cercanía al mundo rústico y rural, descubrió en una de estas casillas de alquiler el objetivo de su inversión más deseable.

Logró llegar a un acuerdo con el propietario de la finca y cerró el trato a cambio de tres trajes de pana con chaleco como condición necesaria para hacerse con la propiedad. La casa consta de una amplia zona común con chimenea baja, vasares y varias zonas menores contiguas para dependencias de otros usos que se han ido modificando con el paso del tiempo. Su estructura no difiere mucho de lo que el arquitecto Fisac definió como prototipo de la quintería o casa rural manchega y en ella de dan cita algunos elementos que la caracterizan, como el tejado a dos aguas, el suelo rojo de barro cocido de Santa Cruz de Mudela, la puerta de entrada con cuarterones de madera y las rejas protectoras de puerta y ventanas propias de las viviendas manchegas.

La misma austeridad interior se refleja en los terrenos que la rodean, libres de alambradas u otras limitaciones de la parcela, que facilitan la buena voluntad inicial de propietarios y visitantes, el pozo para abastecer de agua mediante un generador autónomo, cuatro tinajas a modo de depósitos permanentes y un pequeño bosque de arboles de distintas especies: tuyas, pinos, sabinas, acacias, ailantos, olmos, higueras, ... que se han ido añadiendo por las sucesivas generaciones de propietarios familiares. Sin agua corriente y con la luz de candiles, velas o carburo cuyo manejo hacía a Don Andrés exclamar de vez en cuando: ¡Fuera! ¡Fuera!, si intuía que había peligro de explosión.

En este marco tuvo lugar la concentración de los ciclistas que acudieron a la cita y que una vez preparados y dispuestos a salir  recibieron la llamada de Giuliano Martinelli para comunicar, por enésima vez, que un despiste le obligaba a regresar a Tomelloso para calzarse las necesarias zapatas con calas de ciclista. Aceptado el trámite, los restantes iniciamos la marcha subiendo las primeras rampas por Siles y continuando hasta llegar a Moral de Calatrava, seguir por Granátula de Calatrava, Aldea del Rey, donde hicimos una parada en la churrería "Gran Vía", donde Bernard conocía a su alumna y propietaria, para continuar por Calzada de Calatrava, de nuevo Granátula, donde tomamos contacto con Martinelli que, de forma discreta como es su costumbre, se quejó, ante la estatua del General Espartero, de la escasa y confusa señalización de la salida hacia Calzada.


De nuevo el grupo se volvió a separar porque Giuliano optó por regresar por Moral donde había dejado su vehículo y el resto continuamos por el trazado previsto pasando por las inmediaciones de Almagro, después Bolaños, localidad que se encontraba confinada e inaccesible, para seguir en dirección a Daimiel y tomar el cruce de la que enlaza esta última ciudad con Valdepeñas antes de girar por último hacia la carretera de Moral a Manzanares a escasa distancia ya de la finca. Fueron un total de 101 kms. de los que en casi dos tercios el viento nos sopló de cara, con lo que conlleva de desgaste.


Pero Bernard se había encargado de ayudarnos a reponer fuerzas con unas refrescantes cervezas, enfriadas al modo tradicional del contacto con el hielo y, más tarde, un sabroso pisto manchego seguido de varias carnes de cerdo braseadas en la parrilla del fuego de la casilla, regado por un buen vino garnacha tintorera de la bodega Finca La Estacada. Todo un ritual heredado de la más auténtica tradición rural de nuestra zona.

Además de la sobremesa y los postres hubo lugar para recorrer algunos secretos de la arboleda, que hace también de cementerio de los perros de la familia y cuyas lápidas son sendas piedras que los identifican. El último, Lupo, al que hemos conocido, aún muestra la caliza de la tierra removida recientemente. También tuvimos ocasión de observar algunas culebras en el fondo del pozo y conocer la historia de un ave rapaz que cayó en el mismo y que obligó a un despliegue inusual de medios de rescate que consiguieron salvarlo y llevarlo hasta el centro de recuperación de Sevilleja de la Jara hasta su curación y puesta en libertad.

El remate de la jornada fue toda una exhibición de algunos ciclistas reconvertidos en aizcolaris ocasionales que se enfangaron en derribar y trocear a golpe de hacha y a vaivenes de sierra, un olmo enfermo que no terminaba de troncharse en su debilitado estado de derrumbe y que fue vencido finalmente por estos heroicos y polivalentes deportistas ante la mirada y el agradecido gesto de Bernard que vio así facilitada una tarea que debería acometer tarde o temprano. No me extraña que en este lugar, Bernard, reconozca a estas alturas de su vida, que ha pasado los mejores años de su vida. 



           


DATOS TÉCNICOS DE LA RUTA:

FECHA: Viernes, 25 de Septiembre de 2020

ITINERARIO: Casilla de Mirasierra, Moral de Ctrava., Granátula de Ctrava., Aldea del Rey, Calzada de Ctrava., Granátula de Ctrava., Almagro, Bolaños, Cruces de carreteras, Casilla de Mirasierra.

DISTANCIA: 101 KMS.

TIEMPO DE PEDALEO: 4 h. 6' 39''

VELOCIDAD MEDIA: 25 K/H.

CALORÍAS: 3.344 









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