miércoles, 8 de agosto de 2018

ALBI Y MACIZO CENTRAL 2018




Por fin llegó el día de cumplir el objetivo, aplazado el año anterior por imperativos de salud, y conseguir el definitivo consenso de fechas para emprender la nueva aventura mezcla de ciclismo y turismo con la incorporación de las donnas como principal novedad en la salida internacional.

En la madrugada del 28 de julio se pusieron en marchas los componentes del ICC y sus parejas respectivas, desde Alcázar, Fontaine y Petrosian y, desde Valdepeñas, Malaño, para citarse en el Tomelloso con Bernard y completar las ocho plazas de los dos vehículos más el carrito, en los que transportarían todos los enseres necesarios para la expedición.

Esta vez con rigurosa puntualidad y antes de alumbrar el alba, la pequeña caravana surcaba la A-43 en dirección a la costa levantina y posteriormente a La Junquera como punto de conexión con el país francés, no sin antes hacer una parada, ya clásica, en el Área de La Plana para reponer fuerzas tras el madrugón y primera confusión en la salida por parte de un sector de expedicionarios.

Solventado el tema, Petrosian tuvo dificultades en el arranque del Honda CRV debido a sus sistema de star stop que obliga a pisar el embrague necesariamente. Fue un aviso del problema que acaecería posteriormente en suelo francés.
Área de La Junquera

La comida, al más puro estilo ICC tuvo lugar bajo los árboles de un Área de Servicio próxima a La Junquera. Despliegue de viandas particulares y cervezas para aligerar la creciente sed de las altas temperaturas que marcaban tendencia.


Con el sabor de la breve colación aún reciente nos adentramos en terreno fronterizo y aparece por primera vez el terrible bouchon motivado por arreglos en la trasnochada zona que se agrava después con el obligado peaje en la autoroute francesa.

Sin salir de estas esperas y cuando habíamos dejado atrás la fortificada Carcasonne, el humo de un incendio nos advierte de un nuevo bouchon inesperado y fortuito. Los bomberos están en plena faena cuando atravesamos la aún densa y opaca columna de humo.

Camping de Albirondack
No es el último susto de la travesía pues todavía antes de pasar cerca de Toulouse, un luminoso nos advierte de que hay un animal suelto en la calzada. Por fortuna no llegamos a cruzarnos con él y proseguimos nuestro recorrido ya sin incidentes hasta la ciudad de Albi, en cuyo camping Albirondack establecemos el primer campamento no sin antes esperar la llegada de los responsables para darnos entrada dada la hora intempestiva para los franceses de nuestra llegada a las 9 de la tarde.     

La falta de previsión del grupo alcazareño para abastecerse de víveres para la primera jornada completa nos obligó a buscarlos fuera del camping, mediante un paseo nocturno hasta el centro de la ciudad en la que en medio de una actuación musical logramos encontrar un sitio de tapas, al estilo español, y así salvar el preocupante ayuno nocturno.

Llegó la mañana del domingo y los cuatro ciclistas abordamos la primera etapa de las programadas desde las instalaciones del propio camping.
Salida del Camping de Albi

1ª ETAPA 

Domingo 29 de julio de 2018

ITINERARIO:

ALBI – Cambon – Villefranche D’Albigeois – Ambialet – St. Michel de L’Abadie – Valence D’Albigeois – St. Julien Gaulène -  ALBI



DISTANCIA: 71 kms.
TIEMPO: 3 h 22’ 47’’
VELOCIDAD MEDIA: 21 k/h.


Pese a ser domingo y una hora temprana, la salida de Albi hacia Cambon se hizo complicada por los numerosos cruces, rotondas y vehículos poco respetuosos que nos pasaban al límite la distancia aconsejable.

Poco después del paso por Cambon, nos adentramos en la Francia rural y profunda, con pequeños caminos asfaltados, escaso tráfico y un sube y baja de cuestas rodeados de un verde persistente pese al rigor del calor reinante.

Llegada a Ambialet
La llegada hasta la pequeña localidad de Ambialet y su magnífica panorámica desde la carretera nos alegró la vista y nos devolvió uno de los alicientes por los que merecen la pena este tipo de viajes. Bañada por el caudaloso Tarn, ofrece una perspectiva idílica con su castillo en lo alto y un puente para completar la imagen rodeados de vegetación y sombras abundantes.

También Petrosian tuvo la oportunidad de posar sobre uno de los cilindros de paja segados maquinalmente en una región donde abundan los pastos y el ganado para el que sirven de alimento. Hacía tiempo que no se encaramaba a ninguno de los iconos que salen a su encuentro espontáneamente en nuestro camino.

Cerca de St. Julien Gaulène
Cuando la etapa estaba mediada y el calor empezaba a apretar de lo lindo, llegamos a Valence d’Albigeois, una pequeña localidad en la que pudimos beber agua de su fuente pública y después tomar sendos café au lait tradicional, con sus terrones de azúcar, a la sombra de la terracita de un bar atendido por una simpática y amable camarera que nos atendió de maravilla.

El regreso hasta el camping de Albi fue una continuación de lo reflejado anteriormente en cuanto a paisaje y recorrido se refiere. Después del aseo correspondiente en las buenas instalaciones sanitarias del mismo, nuestras compañeras habían preparado la primera de las comidas en común a la sombra de los árboles.

Tras la siesta de rigor salimos al encuentro de la ciudad conscientes de su majestuosa oferta. Para ello tomamos la senda del río que parte del mismo camping y, sin perder la orilla, llega hasta las inmediaciones de la plaza central en un recorrido salpicado de vegetación y entre ella una pequeña plantación de cañas de bambú,  pequeños pasos y puentes y hasta unas grandes piedras que hay que sortear sobre el cauce para llegar a la salida.


Malaño tuvo la oportunidad de tomar la guitarra de dos jóvenes francesas y acompasar unos acordes para deleite de las mismas que se vieron sorprendidas por el artista inesperado. Tenía reciente su paso por Cognac y las melodías adaptadas para goce de los franceses. Y así terminamos tarareando el célebre “Tous les garçons et les filles” de Françoise Hardy.


La llegada al pie de los ladrillos rojizos de la catedral de Sta. Cecilia fue sobrecogedora al no esperarnos que semejante mole se despliegue en un espacio relativamente reducido. Se trata de la catedral más grande de ladrillo del mundo. Construida entre los siglos XV y XVI con pinturas sobre la bóveda, juicio final, coro y estatuas, reja y pantalla del coro con uno de los órganos clásicos más grandes de Francia.

Catedral de Sta. Cecilia
Precisamente tuvimos la suerte de presenciar en directo un concierto de órgano y trompeta cuyas resonancias serán difíciles de olvidar. Primero por la solemnidad de los sonidos en ese marco, segundo por lo abarrotado del templo en horas impropias para tal acto y, por último, por la buena temperatura que se vivía entre sus paredes para contrarrestar el agobiante calor externo.

La función musical acaparó el interés del grupo y pese a que muy cerca se encuentra el Palacio Berbie, sede entre otras salas, de la obra del pintor Henri Toulouse-Lautrec, la pronta clausura de las visitas en los horarios franceses nos obligó a posponer una visita añorada que ya no pudimos llevar a cabo. La tarde quedó completada con la fugaz visita a la Colegiata de Saint Salvy y un paseo sobre el grandioso Puente Viejo sobre el Tarn con elevados jardines muy cuidados.

De regreso al camping por la misma senda tuvimos la ocasión de hacer la primera cena colectiva, ya sin el agobiante sol que nos deparó la orientación de nuestras tiendas y para el que debíamos estar preparados como españoles, en opinión de la responsable de la instalación que así me lo hizo saber ante nuestras quejas. 











2ª ETAPA 

Lunes 30 de julio de 2018

ITINERARIO:

ALBI – Frejairoles – Fauch – Realmont -  ALBI



DISTANCIA: 56 kms.
TIEMPO: 2 h 31’ 00’
VELOCIDAD MEDIA: 22,3 k/h.

Un inesperado contratiempo se presentó al inicio de esta segunda jornada en el campamento. El Honda de Fontaine se había quedado sin batería por un negligente uso de la misma para recargar los móviles. Por más que se intentó la puesta en marcha al modo clásico del “empujón” y pese a la buena voluntad de algunos vecinos de aportar sus pinzas salvadoras, lo cierto es que finalmente fue la compañía de seguros la que puso remedio enviando a un mecánico competente y avezado, que dejó en entredicho los consejos del manual y en una maniobra certera puso en marcha el vehículo para tranquilidad de sus propietarios y del resto de la expedición que pudo así continuar con sus planes.

Bien es cierto que esta circunstancia adversa obligó a recargar la batería para consolidar sus prestaciones haciendo un recorrido por los alrededores. Esto fue aprovechado para que el grupo de donnas pudieran conocer el pintoresco pueblo de Ambialet llevadas por Fontaine, que hacía de guía y supervisaba de paso la recuperación del vehículo.


Al regreso de ciclistas y turistas le sucedió una sesión de baño en la piscina con el riguroso maillot tipo slip, prenda sin la cual no estaba permitido adentrase en la misma. Después, comida buscando otro hueco a la sombra y usurpando la parcela que no tardaría en ocupar una pintoresca pareja con tienda Quechúa y él con aspecto de un Bob Marley asilvestrado y rubio.

La tarde estaba reservada para la visita turística a la cercana localidad de Cordes sûr Ciel, magnífica por su patrimonio gótico con casas excepcionales bien conservadas así como numerosos museos artesanos y talleres de los oficios más nobles y tradicionales.

Cordes Sùr Ciel
Una de las visitas más curiosas fue la realizada a la casa de objetos de madera que se encuentran dispersos entre sus plantas y que llaman la atención por su rústica simplicidad. Aunque no pudimos  visitarlos en su interior también hay dos espacios singulares: el del arte del azúcar y el chocolate y la Casa del Surrealismo. No en vano es una de las poblaciones más visitadas de toda Francia y elegida como uno de los diez pueblos más bonitos de la nación.

Mirador en Cordes Sùr Ciel
Asomados a un espectacular mirador sobre la campiña cenamos en la plaza principal una formule típicamente francesa mientras la camarera inmortalizaba el momento y atendía solícita a nuestras demandas no siempre bien interpretadas a causa del idioma.


El regreso al camping marcó el final de la jornada que ya no tuvo mayor sobremesa dado el cansancio acumulado y la necesidad de reponer fuerzas para afrontar las siguientes etapas que serían las más exigentes desde el punto de vista de los ciclistas.


3ª ETAPA  

Martes 31 de julio de 2018

ITINERARIO:

RODEZ– Sebazac – Espalions – Estaing -  Montsalvy – La Feuillade en Vezie – Arpajon sûr Cère - Aurillac



DISTANCIA: 96 kms.
TIEMPO: 4 h 41’ 30’
VELOCIDAD MEDIA: 20,5 k/h.

Digamos que esta jornada fue la más completa en cuanto a la alternancia de vehículos, espacios y visitas. También la más dura debido a la planificación de unos tiempos que se vieron sobrepasados por el calor sofocante.

Levantamos el campamento de Albi y partimos en dirección a Rodez con la intención de visitar brevemente la ciudad y especialmente su catedral. Los coches debían quedar aparcados no lejos de nuestra supervisión y control dentro del entorno urbano de una gran ciudad.


Ante la Catedral de Rodez
La espléndida catedral de Nuestra Señora de los siglos XIII al XVI realizada en gres rosa, es una obra maestra del arte gótico y constituye el emblema de la ciudad. 

También el casco viejo de sus alrededores presenta numerosos atractivos como el palacio episcopal, las torres Corbiéres y Raynalde y las mansiones medievales y renacentistas.

Aprovechando uno de estos rincones cercanos a los vehículos, desplegamos los tradicionales bocadillos que elabora el Club y dimos pausa al apetito a hora propia del país anfitrión.

Los cuatro ciclistas de nuevo reunidos tomamos nuestras máquinas a eso de las dos de la tarde, cuando el calor hacía mella en el ambiente, con la comida y sus ingredientes reclamando agua y con un trazado peligroso al inicio además de exigente en cuanto  largas subidas y rápidos descensos que se sucedían.

Saliendo de Rodez
En Montsalvy, las donnas visitaban los encantos de la ciudad y nos proporcionaban un primer trago de agua fresca además de fotografiar nuestro paso.

La ruta se alejaba de la urbe en dirección a Espalion y Estaing al lado del río en uno de los tramos más agradables de pedalear de los recorridos. Esta última localidad fue una de las más atractivas por sus vistas de las visitadas. 

A partir de ese momento las condiciones climáticas fueron decisivas y el calor excesivo mermó fuerzas y nos puso a prueba de resistencia. Gracias al apoyo de las chicas que nos proporcionaron nuevamente agua fresca y abundante pudimos sobrellevar la situación y alcanzar finalmente Aurillac tras recorrer los 96 kms. de distancia entre ambas ciudades. Eran casi las 8 de la tarde. 

Reponiendo agua en Montsalvy
El camping L’Ombrade, de carácter municipal, nos acogió en sus estupendas instalaciones al borde del río Jordanne con amplias zonas verdes, escasa ocupación y sombra abundante así como unos servicios limpios y austeros.

Al cansancio normal de los ciclistas el Club respondió con una reparadora sopa de fideos para recargar hidratos y unas sabrosas sardinas enlatadas como complemento. Samaniego ilustró la sobremesa con sus picantes coplas mientras Fontaine las recitaba y se alumbraba con una pequeña lámpara de bicicleta ante la ausencia de luz ambiental. No hubo para más.

4ª ETAPA  

Miércoles 1 de agosto de 2018

ITINERARIO:

AURILLAC  –- Velzic – St, Cirgues de Jordanne – St. Julien de Jordanne – Pas de Peyrol y Puy Mary – Mandailles – St. Julien de Jordanne – Route des crêtes - AURILLAC



DISTANCIA: 76 kms.
TIEMPO: 4 h 06’ 09’’
VELOCIDAD MEDIA: 18,5 k/h.

Llegó por fin el día esperado para los ciclistas de enfrentarse al coloso más importante del Macizo Central, esto es el Pas de Peyrol cuya cima se encuentra a 1589 m. de altitud y sus 6 kms. tienen una pendiente media del 7 % aunque algunas rampas sobrepasan el 15 %.

Bernard camino del Pas de Petrol
El Pas de Peyrol pasa por ser la carretera de más altitud sobre el Macizo Central y culmina muy cerca del Puy Mary, considerado el más grande estratovolcán de Europa y a donde podemos acceder caminando en un trayecto a pie de apenas media hora desde nuestro objetivo.
Los dos últimos kilómetros del puerto se presentan realmente demoledores, con un kilómetro entero casi al 13 %, y picos del 15 %, habiendo conocido a ilustres ciclistas en coronar en cabeza su cima, en sus numerosas incursiones en el Tour de Francia. Así, nombres como Bahamontes, Van Impe, Chozas o Virenque contribuyen a dar lustre y renombre a esta ascensión.

En la salida un grupo de otros tres ciclistas se alternaba en adelantarnos o retrasarse según el perfil de la ruta. Especialmente combativo se mostró un ciclista con gorra que ofrecía un semblante de cierta agresividad especialmente cuando se descubrió la cabeza luciendo una calva integral. Ya lo llevaríamos como compañero de camino en numerosos tramos.

Petrosian y Malaño hacia Puy Mary
Al paso por la localidad de St. Julien de Jordanne nos fijamos en una casa que representa cabalmente el aprecio de los franceses por la cultura rural y agrícola que elevan a la categoría de arte señorial, considerando a sus cultivadores como auténticos privilegiados. Todo lo contrario de lo que suele suceder en España, donde la dedicación al campo es poco menos que una maldición histórica para sus protagonistas.


Todo es armónico en un entorno que le hace frente al avance del cemento para dar protagonismo a los materiales nobles y la vegetación de la zona.

Casa en St. Julien Jordanne
Sin forzar el ritmo propio en cada momento y ayudados por la gran cantidad de sombra durante el recorrido, realizamos la ascensión hasta la cima donde desaparece la vegetación, se multiplican los motoristas y aparecen multitud de senderistas que buscan como reto subir hasta e Puy Mary que se alza a escasos metros del Pas Peyrol como un apéndice del mismo.

Una vez llegados, nos hicimos las fotos de rigor al pie del cartel y tomamos un café entre la gran cantidad de turistas que se solazan en ese punto de encuentro como lugar de descanso o de espera de sus compañías.

llegada al Mas de Peyrol 1589 m.
El regreso tenía el aliciente del imponente descenso además de la modificación de la ruta dado el tiempo invertido y el compromiso de volver al camping a hora de compartir comida.

Tras el paso por St. Julien de Jordanne decidimos girar hacia la llamada Route des Crêtes, es decir, una sucesión de subidas y bajadas de gran amplitud y pendientes en algún momento considerables a lo que se une la panorámica del valle desde lo elevado de su ubicación.

El recorrido era casi paralelo y mejoraba el escaso tráfico de otros vehículos y nos recordaba el paso del Tour hace escaso tiempo con victoria del murciano Luis León Sánchez en esas latitudes.

Macizo Central y sus Crètes
Malaño mostró su arrepentimiento por encarar las nuevas y exigentes subidas además de sentenciar que seguiría el primer cartel que marcase la vuelta a Aurillac. Y así fue, el letrero indicaba la capital de la zona pero lo que no esperaba nuestro compañero es que las crêtes se sucederían de manera continua hasta las mismas calles de la población.

En poco más de cuatro horas ya estábamos de regreso en el camping de L’Ombrade donde se fraguaba el menú estrella del Club: arroz con calamares en su tinta y, para completarlo, el lujo de una bandeja con variedad de quesos de la región de Cantal recién adquiridos en el mercado de la ciudad.

Almuerzo en L'Ombrade
Superada la hora de la siesta emprendimos viaje hacia otro de los objetivos turísticos de la salida, la localidad de Beaulieu sûr Dordogne, ciudad medieval nacida de un pueblo de pescadores con puerto fluvial, calles estrechas y casas con entramado de madera. Como edificio notable se encuentra la abadía de Saint Pierre, una obra maestra del arte románico cuyo pórtico nos impresionó nada más acercarnos a sus inmediaciones y con un interior que no desmerece y en el que destacan el tímpano y su rico tesoro con la Virgen y el Niño del siglo XII.

Beaulieu Sur Dordogne

El remate a esta espectacular jornada lo hicimos en la cena de despedida en plena plaza principal de la población que ya estaba llena de comensales antes de las ocho de la tarde , como es habitual en los horarios franceses. Además junto a nuestra extensa mesa quedaban los instrumentos en espera de un grupo musical. Esto hacía presagiar su inminente actuación. Mientras tanto, en una de las esquinas, un músico callejero dejaba escapar sus notas con canciones clásicas y conocidas sabiendo que su sonido quedaría anulado por el del grupo irremediablemente.

Una camarera poco avezada tomó nota de las demandas sin contrastar la petición y tuvo que devolver dos de las ensaladas y dejar a Pepy en espera de su menú cuando el resto habíamos casi finalizado. Fue la nota discordante de una despedida acorde con el marco, la velada y la jornada en general, que resultará difícilmente olvidable.

Cena en Beaulieu Sùr Dordogne
El grupo musical seguía interpretando sus temas, especialmente los popularizados por la mítica Janis Joplin, con la consiguiente dificultad de la imitación.

Grupo musical en la cena
Nosotros salimos de camino en busca de los vehículos para retomar el camino de vuelta al camping de Aurillac. Y si en la ida Bernard esquivó a un motorista de los que pilotan usando la carretera, en este de regreso, entre ambos vehículos acabamos con un zorro en dos tiempos, al cruzarse deslumbrado en medio de la carretera.

Finalmente llegamos a la ciudad para dar por terminada la jornada y aún hubo tiempo de despedirla con uno de los actos sociales nocturnos que veníamos consolidando en el Club. Se trata de compartir un pastis servido en vaso de agua y acompañado de glaçons de hielo. Lo que en España sería una paloma refresescante para tiempos de mucho calor.

A la mañana siguiente partimos desde las instalaciones del camping de Aurillac para recorrer el camino de regreso vía Beziers y Narbonne. Paramos en el ya familiar Casa Pepe, cerca de Figueras, a degustar cocina catalana y terminamos la inacabable tirada de 1.215 kms., no sin antes tomar un tentempié sobre los breves huecos que las bicis dejan sobre el carrito en medio de un Área de servicio ocupada por inmigrantes magrebíes en su mayoría que realizan su aún más extensa travesía hacia sus hogares, pero válido para aplacar el apetito de esas interminables sesiones.

El carrito y sus prestaciones
Aún tuvimos un nuevo despiste al necesitar recargar el combustible y desviarnos de la ruta principal por la A-3 en dirección a Motilla de Palancar cuya gasolinera de 24 horas localizada en los móviles era la única esperanza cercana para repostar, como así lo hicimos en medio del silencio de la noche solo roto por los rezos que emitía un altavoz radiofónico, posiblemente de Radio María que desplegaba su repertorio a un auditorio inexistente.

Saturados de coche y muy cansados, pero felices por haber completado una nueva aventura en la que el ICC ha vuelto a reincorporar al grupo femenino y en la que pese a los desajustes que genera cualquier convivencia entre humanos, podemos presumir de haber conseguido un ambiente de tolerancia y respeto que nos ha permitido superar las siempre naturales discrepancias, llegábamos a nuestro destino en el Tomelloso a las cuatro de la madrugada y luego a los demás en la siguiente hora. 

¡Todo un éxito!



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