SÁBADO 15 DE OCTUBRE DE 2016
Amainaron las tormentas de los días previos, la climáticas, las políticas,
las grupales y todas aquellas que se desencadenan inesperadamente cuando se
produce una nueva convocatoria colectiva. Pero, afortunadamente, el sábado 15 de octubre amaneció una mañana
espléndida en lo meteorológico y usando de su libertad para decidir, siete
ciclistas respondieron a la convocatoria de esta X Subida al Robledillo haciendo
valer dos premisas que no siempre son coincidentes ni recíprocas, querer y
poder. Solo hubo una ausencia, que hasta última hora quedó en entredicho, la de
José Manuel, que no manifestó claramente su voluntad en el grupo guasapero de
los Bikers Yayos, con la misma celeridad con que incluye señoritas ligeras de
ropa en el mismo, lo que hizo dudar sobre su posible presencia.
Puntualmente salió la expedición en la que había sitio sobrado, con tres
vehículos para siete ciclistas y sus máquinas. Después de un café en el lugar que albergaría
el almuerzo previsto, Casa Román, salimos sobre las 9:45 en marcha neutralizada
hasta ese photocall rural y fijo,
hecho de azulejería y piedra con tejadillo, que hay en la entrada de muchos
pueblos para hacerse publicidad de sí mismos, con algún eslogan llamativo. En
este caso “Retuerta del Bullaque, un lugar para vivir”, que nos lleva a pensar
si el resto de poblaciones o ciudades no lo podrían adoptar para ellas con el
mismo texto.
Superado el trámite para la galería, el grupo se adentró en la carretera
intentando superar el frío reinante a esas primeras horas y con buen ánimo
desatando las primeras arrancadas con la única mirada silenciosa de los rebaños
de vacas, que pastaban apaciblemente en la dehesa, aprovechando también el buen
día otoñal que se presagiaba. Nada más pasar los Baños del Robledillo o de la
Guarra, comenzaron las diferencias para afrontar la subida del ya mítico
puerto, al que se llega como al K- 1, es decir, “ca uno” a su ritmo, según
expresión de algunos de los participantes.
En la cima del Robledillo |
Pero como suele suceder, la llegada al final supone un motivo para
reagruparse, esperar al resto y hacer las fotos de rigor, con lo que finalmente
todos emprendimos el descenso a la vez. Como también en él se producen
diferencias, el agrupamiento se fijó en la última curva de entrada a la
población, solo que esta vez, Jose Escelio se despistó y entró por una zona
equivocada, lo que dio lugar a tener que localizarlo vía móvil y con la
colaboración de Petrosian que salió en su búsqueda por la zona céntrica.
Solucionado el incidente, José Escelio se disculpó por el error, pese a que ha
repetido las diez veces la subida. Menos mal que la churrería sigue siendo un
referente para el avituallamiento intermedio y allí acabó el grupo saboreando
un café con churritos, en un ceremonial que se ha vuelto ritual. Además, contemplamos la carga de frutos que un kiwi situado en el patio de entrada ofrece a la vista, cultivo poco común en nuestras latitudes.
Con las baterías cargadas y el terreno favorable, el pelotón voló hacia
Menasalbas y José Escelio quedó nuevamente descolgado, ahora por su falta de
acoplamiento al rodar del resto. Fue nuevamente Petrosian quien ejerció de
tutor paternal y lo recuperó para el redil a base de acompañamiento y buenos
consejos en el uso de los desarrollos, que seguramente no olvidará en lo
sucesivo.
Con estas vacilaciones y esperas pero con marcha constante, alcanzamos
juntos el paso por Navahermosa antes de comenzar la subida al Risco. Bernardino
y Josemi tenían pendiente este tramo de la vez anterior, ya que no pudieron
culminarlo en otro ejercicio de solidaridad mútua, pero esta vez el reto no
podía escapar y así fue como, cada cual a su ritmo y con el peso de los
kilómetros acumulados pero el alivio de que las rampas no son tan exigentes
como las del Robledillo, fuimos llegando a la cima para hacernos nueva foto en
común y contemplar un paisaje de los que no te cansas en repetir.
Pedro Peinado subiendo hacia el Risco |
Finalmente y con todo el grupo en el punto de partida y destino en
Retuerta, dimos paso a un suculento almuerzo en el que los protagonistas fueron
el venao, en sus dos modalidades habituales, a la plancha o en salsa, y el
atascaburras, que no es menos consistente para reponer energías y que preparan
con acierto en este lugar. Todo ello amenizado con los correspondientes comentarios
sobre el desarrollo de la jornada, las filias y las fobias de cada cual y el
manejo simultáneo de las tecnologías, que ya son difíciles de aparcar dentro de
cualquier reunión social, sin olvidar de que el sitio dispone de una aceptable
carta de vinos que aportan la nota amable para el riego de las viandas, para
quien lo quiere, naturalmente.
DATOS TÉCNICOS:
(TOMADOS CON STRAVA)
ITINERARIO: Retuerta
del Bullaque – Puerto del Robledillo – San Pablo de los Montes – Menasalbas
– Navahermosa – Navas de Estena – Retuerta
del Bullaque.
DISTANCIA: 90 kms.
TIEMPO DE PEDALEO: 4 H 09’
57’’
VELOCIDAD MEDIA: 22 K/H.
VELOCIDAD MÁXIMA: 74 K/H.
AUMENTO DE ALTITUD: 1.451 M.
CALORÍAS CONSUMIDAS: 2.627
1 comentario:
Espero no perderme la próxima.
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