Di Stefano y El Jaro en los actos del Centenario del Real Madrid en 2002 |
La foto que ilustra esta breve necrológica la hice el 5 de mayo de 2002 con motivo de los actos del Centenario del Real Madrid en los que acompañé a mi padre que había sido invitado como exjugador del equipo blanco. Su encuentro con Alfredo Di Stefano fue para mí la imagen más valiosa que pude conseguir aunque me hubiera gustado posar también con ellos. No llegaron a coincidir en el Real Madrid como compañeros pues El Jaro se marchó al Santander en 1951 y Di Stefano llegó al Club en septiembre de 1953 pero si se enfrentaron como rivales cuando el equipo cántabro visitó Chamartín en competición liguera. Al final de esos referidos actos conmemorativos, el astro argentino me firmó en un libro de recuerdos madridistas que guardo como oro en paño.
La primera y única vez que yo he visto jugar en directo a Di Stefano fue en el Estadio Santiago Bernabéu allá por los primeros años sesenta en un partido amistoso frente al River Plate argentino que había sido también uno de los primeros equipos de Di Stefano antes de su pase a Europa. Este partido lo ví junto a mi hermano Luis Miguel, a mi amigo Juan Garrido y nuestros respectivos padres cuando apenas teníamos conciencia de lo que presenciábamos, pero nos marcó con un sinfín de recuerdos. Uno de ellos fue la parada a una sola mano que hizo el meta argentino Amadeo Carrizo a disparo de Puskas. El resultado fue de 1 - 0 para los sudamericanos, aunque ahora entendemos que en este caso era pura anécdota dado el carácter del partido. El Real Madrid vistió de azul morado, que era la segunda equipación oficial siempre que lo necesitaba y antes de entrar en esta feria comercial de diseños que ahora invade sus apariciones.
Yo no tengo suficientes datos directos para valorar la figura futbolística de Di Stefano, pero no hay que ser muy riguroso en los análisis para inferir que fue el más grande que ha dado la historia por ser el primero en romper moldes tácticos, jugador total, carácter ganador que llevó al Real Madrid a conseguir el palmarés más amplio que haya conseguido equipo alguno y además en un momento en que la resonancia mediática no era ni la décima parte de lo que ahora se despliega por los diferentes y abundantes canales de comunicación y del énfasis sobredimensionado con que muchos aficionados del periodismo tratan de ensalzar a figuras que no han hecho ni la mínima parte de lo que consiguió don Alfredo. El debate seguirá ahí pero por mi parte no existe ni un ápice de duda. Descanse en paz el más grande futbolista.
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