lunes, 17 de octubre de 2016

X SUBIDA AL ROBLEDILLO


SÁBADO 15 DE OCTUBRE DE 2016

Amainaron las tormentas de los días previos, la climáticas, las políticas, las grupales y todas aquellas que se desencadenan inesperadamente cuando se produce una nueva convocatoria colectiva. Pero, afortunadamente, el sábado 15 de octubre amaneció una mañana espléndida en lo meteorológico y usando de su libertad para decidir, siete ciclistas respondieron a la convocatoria de esta X Subida al Robledillo haciendo valer dos premisas que no siempre son coincidentes ni recíprocas, querer y poder. Solo hubo una ausencia, que hasta última hora quedó en entredicho, la de José Manuel, que no manifestó claramente su voluntad en el grupo guasapero de los Bikers Yayos, con la misma celeridad con que incluye señoritas ligeras de ropa en el mismo, lo que hizo dudar sobre su posible presencia.
 
Casi todo el grupo posando ante el photocall rural de Retuerta

Puntualmente salió la expedición en la que había sitio sobrado, con tres vehículos para siete ciclistas y sus máquinas.  Después de un café en el lugar que albergaría el almuerzo previsto, Casa Román, salimos sobre las 9:45 en marcha neutralizada hasta ese photocall rural y fijo, hecho de azulejería y piedra con tejadillo, que hay en la entrada de muchos pueblos para hacerse publicidad de sí mismos, con algún eslogan llamativo. En este caso “Retuerta del Bullaque, un lugar para vivir”, que nos lleva a pensar si el resto de poblaciones o ciudades no lo podrían adoptar para ellas con el mismo texto.

 
José Escelio pedalea animoso ante la mirada del ganado
Superado el trámite para la galería, el grupo se adentró en la carretera intentando superar el frío reinante a esas primeras horas y con buen ánimo desatando las primeras arrancadas con la única mirada silenciosa de los rebaños de vacas, que pastaban apaciblemente en la dehesa, aprovechando también el buen día otoñal que se presagiaba. Nada más pasar los Baños del Robledillo o de la Guarra, comenzaron las diferencias para afrontar la subida del ya mítico puerto, al que se llega como al K- 1, es decir, “ca uno” a su ritmo, según expresión de algunos de los participantes.


En la cima del Robledillo

Pero como suele suceder, la llegada al final supone un motivo para reagruparse, esperar al resto y hacer las fotos de rigor, con lo que finalmente todos emprendimos el descenso a la vez. Como también en él se producen diferencias, el agrupamiento se fijó en la última curva de entrada a la población, solo que esta vez, Jose Escelio se despistó y entró por una zona equivocada, lo que dio lugar a tener que localizarlo vía móvil y con la colaboración de Petrosian que salió en su búsqueda por la zona céntrica. Solucionado el incidente, José Escelio se disculpó por el error, pese a que ha repetido las diez veces la subida. Menos mal que la churrería sigue siendo un referente para el avituallamiento intermedio y allí acabó el grupo saboreando un café con churritos, en un ceremonial que se ha vuelto ritual. Además, contemplamos la carga de frutos que un kiwi situado en el patio de entrada ofrece a la vista, cultivo poco común en nuestras latitudes.

 
El grupo en la churrería
Con las baterías cargadas y el terreno favorable, el pelotón voló hacia Menasalbas y José Escelio quedó nuevamente descolgado, ahora por su falta de acoplamiento al rodar del resto. Fue nuevamente Petrosian quien ejerció de tutor paternal y lo recuperó para el redil a base de acompañamiento y buenos consejos en el uso de los desarrollos, que seguramente no olvidará en lo sucesivo.

Con estas vacilaciones y esperas pero con marcha constante, alcanzamos juntos el paso por Navahermosa antes de comenzar la subida al Risco. Bernardino y Josemi tenían pendiente este tramo de la vez anterior, ya que no pudieron culminarlo en otro ejercicio de solidaridad mútua, pero esta vez el reto no podía escapar y así fue como, cada cual a su ritmo y con el peso de los kilómetros acumulados pero el alivio de que las rampas no son tan exigentes como las del Robledillo, fuimos llegando a la cima para hacernos nueva foto en común y contemplar un paisaje de los que no te cansas en repetir.

Pedro Peinado subiendo hacia el Risco

 La bajada hacia Navas de Estena es otro de los gozos de este itinerario, pues no dejas de descender hasta los últimos dos kilómetros que son algo más llanos o con ligera pendiente ascendente. Y de ahí hasta el final viene la parte más delicada porque las piernas están fatigadas y los primeros cinco kilómetros son cuesta arriba. Después suavizan tras el paso por Dehesa del Carrizal y ya se alcanza el deseado final. Yo tuve un ligero bajón de glucosa, que salvé gracias a un gel y a un trozo de pan de higo que me resucitaron a tiempo, cuando ya le veía las plumas a la pájara.

 
El grupo en el Risco de las Paradas
Finalmente y con todo el grupo en el punto de partida y destino en Retuerta, dimos paso a un suculento almuerzo en el que los protagonistas fueron el venao, en sus dos modalidades habituales, a la plancha o en salsa, y el atascaburras, que no es menos consistente para reponer energías y que preparan con acierto en este lugar. Todo ello amenizado con los correspondientes comentarios sobre el desarrollo de la jornada, las filias y las fobias de cada cual y el manejo simultáneo de las tecnologías, que ya son difíciles de aparcar dentro de cualquier reunión social, sin olvidar de que el sitio dispone de una aceptable carta de vinos que aportan la nota amable para el riego de las viandas, para quien lo quiere, naturalmente.
 
Almuerzo en Bar Casa Román


DATOS TÉCNICOS: (TOMADOS CON STRAVA)

ITINERARIO: Retuerta del Bullaque – Puerto del Robledillo – San Pablo de los Montes – Menasalbas – Navahermosa – Navas de Estena – Retuerta del Bullaque.

DISTANCIA: 90 kms.

TIEMPO DE PEDALEO: 4 H 09’ 57’’

VELOCIDAD MEDIA: 22 K/H.

VELOCIDAD MÁXIMA: 74 K/H.

AUMENTO DE ALTITUD: 1.451 M.


CALORÍAS CONSUMIDAS: 2.627