lunes, 17 de octubre de 2016

CON HÉCTOR EN EL CALAR DEL RÍO MUNDO 2016


 DOMINGO 16 DE OCTUBRE DE 2016

Respondiendo a una petición filial, a la que no puedo negarme si no hay otras prioridades irrenunciables, acompañé a mi hijo Héctor en su tercera participación en la XIII Marcha  a Los Calares del Río Mundo en BTT. Prueba dura como pocas, como tuve ocasión de comprobar en mis incursiones como espectador en algunos de los puntos de cruce, mientras me desplazaba con mi bicicleta de carretera siguiendo las indicaciones de los lugareños.

Héctor antes de salir


Tras el madrugón inicial que nos llevó en ruta nocturna hasta Riópar, a las nueve de la mañana dio comienzo la espectacular salida de más de 1.000 ciclistas, pues además de los inscritos con dorsal y chip de competición, hubo algunos invitados, como el propio Héctor, que además de realizar la prueba tenía el compromiso de colaboración para la revista en la que escribe, Planeta MTB, ahora en su única edición digital.

Momento de la salida


Una vez que los bikers, según insistía repetidamente el spiker, o sea, el comentarista animador de la prueba, abandonaron la población después de una vuelta callejeando, el recorrido los llevó hacia las inmediaciones del nacimiento del Río Mundo donde realizaron un primer cruce de la carretera que tuve ocasión de contemplar. Después de un buen rato viendo pasar corredores, no pude localizar a ninguno de los conocidos y tampoco a Héctor.

Camino del Nacimiento del Río Mundo


Decidí cambiar de escenario y ayudado por una simpática joven que me trató de orientar, bajé el puerto en dirección a la carretera de Molinicos y El Laminador, en donde a pocos kilómetros y después de dejar una senda en mitad de la sierra paralela a la carretera, descendían a ésta antes de tomar la pista hacia los Calares, la parte más dura de todo el recorrido. Allí establecí contacto con los voluntarios que controlaban la salida a tráfico abierto y advertían de la necesaria precaución ante el peligro. Tampoco reconocí a ninguno de los que pasaban y únicamente me pareció ver a Jaime Villajos, unos de los jóvenes y exalumnos del Instituto que participaban por primera vez en la prueba.

Paso de bikers junto al Río Mundo


Como según me decían aún quedaban casi dos horas de subida, volví a la zona inicial donde sabía que tendrían que pasar nuevamente, en las cercanías del camino del nacimiento del Río Mundo. Allí había un nutrido grupo de gente que animaba en todo momento a los participantes. Logré una buena perspectiva para las fotos y permanecí nuevamente viendo el paso de bastantes ciclistas sin reconocerlos, hasta que aparecieron primero Gonzalo Castellanos y después Roberto Vergara, con la mala fortuna de que tenía el móvil inactivo para evitar el gasto de batería, por lo que no pude fotografiarlos. Tampoco en esta ocasión logré localizar el paso de Héctor.

Con la bici apartada para la bajada


Tengo que pedir disculpas porque como fotógrafo no he logrado el objetivo de capturar a los más cercanos. Espero que el próximo año, si se repite la oportunidad, la experiencia y conocimiento del recorrido me permita ser más eficaz. Lo cierto es que descendí nuevamente hacia la población, esta vez con la idea de llegar a meta antes de que lo hicieran los primeros. Efectivamente sólo habían pasado los cinco primeros, pero a partir de ahí se sucedieron casi dos horas en las que fruto del cansancio, la espera, la escasa carga de batería y el sol que calentaba bastante, me hicieron desistir de mejores testimonios y cuando estaba a punto de llegar… no capté a Héctor por tener el móvil inactivo. Al menos si lo hice con Gonzalo que pasó de la mano de otro compañero en un bonito gesto de camaradería ciclista.

Otro momento de la prueba


El ambiente se fue llenando de bikers, familiares y amigos que celebraban el logro de llegar, al tiempo que el spiker ensalzaba repetidamente la proeza con una serie de frases tópicas y repetitivas fruto de más de tres horas a micro abierto. Sabiamente, Héctor y yo decidimos alejarnos del ambiente para encontrar un sitio seguro para la comida y lo encontramos en un restaurante de comida casera con brasas cerca de Salobre que nos sorprendió con unos suculentos galianos y un churrasco  de ternera braseado exquisito.

Llegada de Gonzalo y otro compañero


Cuando estábamos camino de Alcázar y habían pasado tres horas desde la llegada de Héctor, recordamos que aún habría algunos ciclistas llegando a meta, pues el control se cerraba a las 17 horas. Aunque no puede saber el puesto en el que entró, al no llevar el chip competitivo, sus datos son los que se resumen a continuación tomados de su dispositivo Cateye Vélo.





DATOS TÉCNICOS

TIEMPO DE PEDALEO: 5 h. 02’ 10’’

DISTANCIA: 79,2 kms.

VELOCIDAD MEDIA: 15,7 k/h.

VELOCIDAD MÁXIMA: 60,7 k/h.