viernes, 22 de septiembre de 2023

EL REMOZADO CHAMARTIN



Mi padre lo conoció como Chamartín, estadio que había sido inaugurado en 1947 y en el que entrenó y jugó formando parte del Plus Ultra, que era equipo filial madridista, a finales de los años 40 y principios de los 50 del siglo XX. Llegaba hasta él en el tranvía 26 que lo dejaba a 500 m del mismo, porque alrededor todo era un descampado.



Después todo se fue poblando y el estadio empezó a crecer y transformarse hasta convertirse en una referencia y se le puso el nombre de su gran artífice, Santiago Bernabéu. Luego fueron llegando sucesivas reformas que lo han ido convirtiendo en un estadio espectacular, con capacidad para 85.000 espectadores sentados, una iluminación asombrosa y un entorno a la medida de la grandeza de este club.



Pero la última remodelación, la que he podido contemplar a falta de unos remates menores, es verdaderamente impresionante. El exterior, recubierto de láminas metálicas, le otorga un aspecto futurista y el interior, con su techo corredizo, amplía las resonancias. Sin olvidar su césped retráctil que se engulle para poder servir de escenario a los más variados y diversos espectáculos.



El Real Madrid ha entrado en la modernidad no solo por sus triunfos - 14 veces campeón de Europa entre otros-, sino por disponer ahora de unas instalaciones deportivas, tanto en la Ciudad de Valdebebas como en el propio estadio Santiago Bernabéu que están a la vanguardia de los coliseos deportivos y son la envidia de muchos rivales.



Yo he tenido la fortuna de asistir, invitado por mis primos, al primer partido de la fase de grupos de la Copa de Europa de Clubs Campeones disputado entre el Real Madrid y el Unión Berlín que se decantó para los madridistas por un gol logrado en el tiempo añadido. Y es que este club mantiene vivo su espíritu de lucha tradicional sin dejar de subirse al carro que le marcan los nuevos tiempos. Por ello es tan grande, singular e imitado.





Justo López Carreño, 20 de Septiembre de 2023

martes, 19 de septiembre de 2023

MINI TITÁN 2023

El pasado sábado y dentro de las actividades programadas como parte de la celebración de La Titán de la Mancha, hubo una prueba para personas pequeñas con el fin de iniciarlas en esta saludable y divertida modalidad deportiva ciclista. Se trataba de un paseo sin ánimo competitivo pero con la exigente subida a los molinos como reto para estas edades, que además estuvo muy bien organizada y siempre facilitando la presencia de padres, madres y abuelos como acompañantes.

Para mi nieto José, al que acompañé, fue como un bautismo simbólico en el ciclismo, que tuvo un antes, mientras soñaba con hacerlo los días previos, un durante, al verse rodeado del marco de los arcos de salida y meta, con todo el ritual que se aumenta por su fantasía e imaginación, el conteo de los segundos antes de dar la salida y el intento de conseguir llegar arriba en un ejercicio de ánimo y pundonor propios de su edad. Todo ello siguiéndome con la vista, buscando mi presencia y mi consejo y hasta después de pasada la meta, con su medalla de finalizador al cuello, pedirme soltarse manos para exhibirla ante los familiares más cercanos.

El después ha quedado abierto tras traspasar la línea de meta e ir recordando cada momento. Se ha sentido campeón dentro de su ilusión infantil, transformándose en la imagen de alguno de sus ídolos, como nos ha ocurrido a todos en esta etapa. Y para su abuelo en un relevo generacional que le gustaría ver continuado en su figura, con el deseo de que no se pierda esta vocación deportiva sean cuales fueren los resultados futuros. Lo importante siempre es fomentar el hábito y la afición a una actividad sana y necesaria en muchos aspectos.

Justo López Carreño. Septiembre 2023