miércoles, 30 de agosto de 2017

RUTA POR LOS EXTENSOS PINARES

Ante la Iglesia de La Alberca de Záncara

Esta mañana ha sido diferente dado que concerté una cita con el compañero Bernard, miembros ambos del I.C.C. para despedir el mes de agosto con una salida algo especial. A su propuesta de pedalear por zonas desconocidas dentro de un radio próximo, le respondía con agrado puesto que cualquier reto diferenciados siempre se agradece.

En La Alberca de Záncara


Concertamos el encuentro en Tomelloso y a una hora prudente, que además vino refrendada por la disminución del calor en estos últimos días, por lo que la duda inicial era si salir con manguitos u otro abrigo o mantener el uniforme veraniego. Esta última fue la opción elegida y a las nueve en punto nos encontrábamos en la avenida socuellamina que recibe a los tomelloseros por carretera.

El primer tramo fue atravesar la ciudad dejando atrás ese monumento sorpresivo de la avioneta de caza militar cuya ubicación y motivo habría que investigar. Es la primera vez que yo veía en directo una nave de esas características como motivo decorativo de una rotonda urbana en un pueblo manchego. Hasta ahora conocía un ave, el flamenco alcazareño, pero nunca una aeronave y menos militar de guerra.

La Alberca de Záncara

Superada la sorpresa nos dirigimos hacia Las Mesas por una carretera estrecha de mal firme y con tráfico mayor del esperado. De ahí hasta Las Pedroñeras, capital del ajo, que se percibe en el aroma ambiental desde sus inmediaciones. La carretera gira, mejora y se empieza a ondular camino de La Alberca de Záncara, un municipio al que nunca habíamos llegado. Población pintoresca en su ubicación, dividida entre dos lomas, con un convento en el centro que precede a una monumental iglesia en la que nos hemos fotografiado.


En diez kilómetros más estábamos en San Clemente. Yo había estado recientemente pero me faltaba conocer precisamente la zona a la que hemos llegado. El mercado municipal entre dos plazas contiguas. Una a modo de aparcamiento y la otra que acoge en el centro un monumento a los "costaleros" de la romería de Rus, patrona de la comarca que es trasladada en una peculiar procesión. Allí tomamos café y repusimos fuerzas para continuar la ruta al tiempo que vimos pasar a una antigua compañera de profesión que no nos reconoció. Luego un paseo peatonal hasta la plaza principal, que es una de las maravillas de nuestra región con todos sus componentes de prolija descripción.

En San Clemente ante el monumento a los costaleros


El siguiente tramo fue hasta Villarrobledo por una carretera áspera pero amplia y con arcén. Los inmensos pinares, salpicados de encinas en retroceso, nos acompañaron en todo este recorrido. llegamos a la ciudad de las tinajas en una amplia e industriosa avenida y tuvimos que preguntar para encontrar la dirección de Las Mesas mientras atravesábamos un amplio recorrido urbano. Siguieron los pinos y los catarros en una carreterita en buen estado aunque estrecha hasta llegar a un cruce sin señalizar que acorta la llegada a socuéllamos sin pasar por Las Mesas. Eso sí el tramo final es una especie de camino vecinal en mal estado que recuerda lo peor de nuestros años de desarrollismo como país.

Al final 105 kms. con buena temperatura y ritmo asequible para despedir un mes ciclista que suele ser la estrella del verano. Una vez ven Tomelloso breve celebración en un bar de barrio al más puro estilo hispánico, aunque los dueños sean de otras nacionalidades. El I.C.C. es internacional.


DATOS TÉCNICOS "STRAVA"

ITINERARIO: Socuéllamos - Las Mesas - Las Pedroñeras - La Alberca de Záncara - San Clemente - Villarrobledo - Socuéllamos
TIEMPO: 4 h 18' 44''
VELOCIDAD MEDIA: 24'8 k/h
VELOCIDAD MÁXIMA: 52 k/h
CALORÍAS: 2.100

viernes, 11 de agosto de 2017

BONITA MAÑANA CICLISTA

Los 4 ciclistas ante la Laguna "Lengua" de Ruidera

En esta inesperada primavera climatológica, hemos ido hasta Tomelloso para realizar una nueva ruta por Osa de Montiel y Ruidera, dejando así nuestra monótona aunque bellísima planicie y poder subir algún que otro repecho. Lástima que la sequía continúe galopante. En compañía de dos figuras del Pulsaciones Team, Héctor López y Fran Lorente, que nos han llevado al límite en muchos momentos, hemos podido comprobar que éste último no solo es buen ciclista sino un fotógrafo excepcional capaz de captarnos a más de 40 kms/hora con su móvil en unas imágenes de gran calidad. Todo un disfrute.

Pedaleando de regreso
Primer plano junto a Bernard














DATOS TÉCNICOS "STRAVA"

ITINERARIO: Tomelloso - Osa de Montiel - Lagunas - Ruidera - Tomelloso
TIEMPO: 3 h 24' 44''
VELOCIDAD MEDIA: 26,8 k/h
VELOCIDAD MÁXIMA: 58 k/h


CALORÍAS: 2.038

sábado, 5 de agosto de 2017

ESTOY EN LOS ARCOS. OK…ESTOY EN LOS ARCOS. OK…ESTOY EN LOS ARCOS. OK…



Hace tiempo, otro cicloturista, porque no olvidemos que es lo que somos, me decía que últimamente comían más que pedaleaban. Ese es el riesgo. Que la nevera y Los Arcos se impongan a la siempre desafiante aventura de superarse a uno mismo. Por ahora creo que no tenemos motivos ni siquiera para la duda. Desde siempre, los grupos de cicloturistas han terminado en el bar. Como narra F. Aramburu en “Patria” que hacían todos los domingos Joxian y El Txato cuando terminaban su ruta y se dirigían al Pagoeta a tomar unos huevos fritos con jamón.

Tapa de hiladillos en Los Arcos

La tertulia de hoy en Los Arcos, aderezada por un calor más sofocante que las cuestas por Ruidera, ha sido tan sabrosa como los higadillos de la “tapa”, las plastificadas gambas al ajillo, obsequio del bar, o las patatas boloñesas pringadas de salsas bravas. Berna hablaba de cómo nos dejamos llevar por tonterías. Antonio, “El Maci”, que además de ser un buen ciclista, aporta un comentario lleno de sensatez: Hay que olvidarse de abanicos y otras argucias ciclistas. Lo importante es la seguridad y hay que circular en fila aunque el viento nos perjudique. ¡Qué más darán varios minutos perdidos! Añado yo. Juan Antonio no encuentra frases largas en sus conversaciones familiares del whatsApp más allá del “estoy en Los Arcos”. La terraza, curiosamente poblada solo por deportistas al final de su jornada, no proporciona aliento ni a los difusores del agua, que hacen su trabajo a duras penas con preocupantes parones e intermitencias.

Antes de la salida en el Hostal Peñarroya
La jornada había comenzado pronto, como parece necesario en estas infernales jornadas. No eran las ocho y ya estábamos camino de La Solana. Dejamos a un lado Las Pachecas, que nos recuerdan que aún existen latifundios. El grupo circulaba con fluidez antes de entrar en las primeras y largas cuestas de escaso desnivel. El terreno se reviste de monte bajo. La sombras de los ciclistas y sus máquinas se proyectan en el talud de la cuneta. Como en el mito platónico las sombras no son la realidad pero lo parecen. Las pedaladas reales hay que darlas. La entrada en La Solana pide una foto que no hago. Voy cerrando el relevo. El grupo girando en formación, el monolito decorando la primera rotonda y el sol dando la luz favorable para el disparo. Siempre se pierden las mejores, aunque queden en la memoria.

Parada en el cruce de Carrizosa a reponer fuerzas

Superamos el laberíntico paso de glorietas, cruces y desvíos que nos ofrece la ciudad de la Rosa del Azafrán y con La Moheda a la derecha nos encaminamos hacia Albacete por la N-430. Sigue la llanura, los relevos cíclicos y el arcén mejora en los primeros kilómetros. El terreno se ondula en el horizonte, pasamos El Lobillo y el arcén se vuelve cada vez más áspero. Alhambra asoma en lo alto de una colina que impone respeto para cualquiera que intente subir por cualquiera de sus flancos. Para nosotros es el inicio de un sube y baja que ya no tendrá final hasta Ruidera. Especialmente los primeros kilómetros son largos y prolongados. A cuatro kilómetros del oasis  se divisan antenas y chalets. No hay torre que anunciar. El descenso se hace muy veloz. Entramos por el llamado Hundimiento, un salto de agua que ahora está en horas bajas.

Numerosos cicloturistas en el camino


En el pueblo más ciclistas. Parada para repostar el agua necesaria y suficiente para acometer la parte final. La hora es buena aunque el calor aprieta. La Malena impone nuevamente el método K-1 y el grupo se dispersa hasta casi la llegada al pantano en la que Josemi y dos mosqueteros más esperan detrás de una encina para asaltar al resto del grupo. Los últimos kilómetros hasta el Hostal Peñarroya son frenéticos y hasta Purito, que se había reincorporado al grupo, se ve impedido de encender su cigarro antes de lo deseado. Esperan los coches y el maletín o la nevera. Siempre es el mejor soborno que todos aceptamos para cualquier final de temporada. Cosas de los intermediarios de esta Liga interminable.




DATOS TÉCNICOS "STRAVA"

ITINERARIO: Hostal Peñarroya - La Solana - El Lobillo - Alhambra - Ruidera - Hostal Peñarroya
DISTANCIA: 92 kms.
TIEMPO: 3 h 29' 16''
VELOCIDAD MEDIA: 26,3 k/h
VELOCIDAD MÁXIMA: 65,9 k/h

CALORÍAS: 1.944