viernes, 16 de enero de 2009

LA TORMENTA




Cuando contemplo la foto en la que aparezco con el ya ex_presidente Calderón posando su mano sobre mi hombro, y después leo y escucho todo lo que viene apareciendo en la prensa durante esta jornada, me dan ganas de desaparecer momentáneamente o, al menos, cambiar de identidad.
Ya desde primeras horas de la mañana, al llegar al trabajo tuve que soportar las ironías de los compañeros que, como que no quiere la cosa, lanzan esos primeros dardos verbales envenenados, diciendo que esas cosas pasan en muchos clubs, pero claro, en el Real Madrid no estáis acostumbrados y os duele más. Especialmente en el Atlético que tuvo que pasar la etapa Gil, que lo ha marcado profundamente, o bien, como decía uno de mis compañeros y seguidor colchonero, nos ha curado de espanto.
Para qué decir de los barcelonistas, que aunque también tuvieron que soportar crisis recientes, como la del propio presidente Laporta frente a diversos opositores más o menos encubiertos, y no digamos en etapas ya más lejanas como las presididas por el esperpéntico y forofil Gaspart o el lacrimógeno Nuñez, sin embargo, ahora se aprovechan del dulce momento deportivo y se relamen de gusto viendo las tribulaciones del enemigo blanco.
En mis visitas a dos de los institutos locales, por razones laborales, quienes me conocen, esbozaban una ligera sonrisa de amable compasión y comentarios suaves y versallescos, que no produjeran demasiada sangre en el ya compungido seguidor madridista.
Pero el colmo ha sido escuchar al cajero de Mercadona dando su parecer sobre la situación junto a un cliente que tachaba de sinvergüenza al señor Calderón. Y encima a voces, como es tan propio de nuestro país. Y yo mirando para otro lado mientras terminaba de cargar el carrito lleno de bolsas. ¿Dónde me puedo poner a cubierto hasta que pase la tormenta?
P.D.
He leído posteriormente dos artículos muy recomendables publicados en el diario "El País" del sábado 17 de Enero de 2009, que merecen la pena. Uno narra, con celo crítico y sagacidad periodística, el proceso de deterioro e incumplimientos institucionales por parte de Calderón. Lo firma José Sámano bajo el título de "Viva la asamblea". El otro, supone las reflexiones de un madridista que no sale de su asombro y le da aún un margen de confianza antes de pensar que ha sido un mal embaucador y traicionero. Lo firma Gregorio Peces-Barba bajo el título de "Reflexiones perplejas de un madrdista".

No hay comentarios: