jueves, 11 de septiembre de 2025

EL I.C.C. RECORRE LA MANCHA HÚMEDA




Una de las condiciones inherentes a la práctica ciclista es la de poseer cierto espíritu viajero. Un ciclista aficionado tiene que planificar sus rutas, prever la climatología y especialmente los vientos, conocer la dificultades orográficas y, especialmente, abrir su ánimo al encuentro con otras gentes y culturas por muy cercano que sea del ámbito por donde se mueva.

Los ciclistas del I.C.C. estamos acostumbrados a recorrer casi todos los lugares que rodean nuestro punto de partida y conocer a sus gentes y su patrimonio, por muy vulgar o escaso que sea este último. A esto hay que añadir la gran cantidad de viajes programados bien por territorio español o bien por las zonas internacionales asociadas a las grandes pruebas ciclistas.

Por eso, ayer miércoles se produjo un hecho insólito en la trayectoria de dos ciclistas del Club, distrito de Manzanares, que se incorporaron a la ruta que, partiendo de Alcázar, recorrió casi cien kms. por las zonas de la llamada Mancha Húmeda, es decir, salpicada de lagunas endorreicas y salitrosas que permanecen secas hasta la nueva temporada de lluvias.

Toni y Félix, consumados ciclistas manzagatos, se sumaron por vez primera a una salida que partió fuera de su patria chica en Alcázar de San Juan y fue girando en una especie de óvalo irregular por municipios de las provincias de Ciudad Real y Toledo hasta completar el recorrido. Con ellos formaron equipo el núcleo duro del Club con Bernard y Malaño a la cabeza, Fontaine y Petrosian, anfitriones alcazareños, y la incorporación nuevamente de Lorenzo, verso libre del pedal hispánico que rinde cuentas tanto en la madrileña capital de España como en el Corazón de la Mancha.

Con estos mimbres y a las 9:25 horas de la mañana arrancamos desde el aparcamiento del cementerio municipal en dirección a la variante sobre la N-420 que rodea hasta llegar a Criptana por el cruce con P. Muñoz y desde allí tomamos la muy ciclista carretera hacia El Toboso con el único repecho serio de la salida, aunque corto y poco elevado, para continuar por la sinuosa senda del Cerro Lobero y las posteriores cuestas de escasa consideración que nos acercan al horizonte donde se yergue la torre de la imponente iglesia de la patria de Dulcinea.



Primera parada en la plaza principal, donde el grupo posó junto a las figuras en hierro de los principales personajes quijotescos capturados por una amable y locuaz Dulcinea contemporánea que se ofreció como improvisada pero eficaz reportera gráfica del momento. Salvando la cortante presencia del mercadillo popular, continuaron hacia la localidad cercana de Miguel Esteban, sin que el viento cediese en intensidad y dirección dejando a nuestra izquierda el paraje de Los Charcones, otro reducto húmedo felizmente conservado y mantenido por los gobernantes locales.

Llegando a la localidad migueleta y por aquello de mantener el simbólico rito de la churrería como parada pintoresca, nos adentramos a la localidad confiados en la certera guía que ofreció Petrosian para alcanzar el referido establecimiento, pero las circunstancias obraron de modo que se encontraba cerrado y el único churro fue el que trazamos sobre sus calles en una interminable sucesión de giros y cruces para desembocar en el artificioso castillo medieval que se encuentra en la travesía de la carretera y que al menos permitió que el referido ciclista luciera su magnífica bicicleta Scott dotada de los más modernos componentes, cuyo bautizo pasará así a los anales.



Desde semejante atalaya, decorada con balaustrada marinera pero sin agua, repusimos fuerzas y contemplamos el pequeño hervidero de personas que pululan por esos lares a tan temprana hora y que Lorenzo captó con un video de dudosa intencionalidad y clandestina toma. Terminado el breve avituallamiento giramos a la derecha en dirección a Quero acompañados del incesante viento y poniendo de manifiesto la escasa disciplina en el pedaleo de los ciclistas alcazareños, acostumbrados a una marcha casi siempre anárquica, individualista y de escasa eficacia frente a los elementos.



En Quero nos esperaba una nueva parada prevista para la contemplación de la Casa de la Palabra, creación del mecenas local César Egido, que falleció hace pocos años y al que algunos tuvimos la fortuna de conocer así como de visitar su peculiar caserón dedicado a la palabra como vínculo entre los humanos. Por si alguien tiene interés incluyo los enlaces a dos de mis visitas al conjunto de Quero como población y a la Casa de la Palabra como institución:

https://www.justorien.es/calle/articulos.php?anio=2019&art=Quero

https://www.justorien.es/calle/articulos.php?anio=2021&art=Museopalabra

La ruta prosiguió con lo planificado y tras otra quincena de kilómetros atisbamos el humedal más abundante de la zona, que no es otro que el que forman las lagunas de Villafranca de los Caballeros. Laguna Grande y Chica en un entorno protegido medioambientalmente, rodeado de tarays como especie dura y resistente, actualmente en fase de finalización de unas obras que han permitido dotar de alcantarillado a las urbanizaciones que hay alrededor y cuyo asfaltado final está próximo para así preservar la riqueza incontaminada de sus aguas no siempre abundantes. Con ese fondo caribeño, el grupo de ciclistas inmortalizamos también nuestro paso por el emblemático lugar, por cierto, cuna del ciclista profesional Javi Romo, de afamada actualidad.



La decisión de prolongar o no el extenso recorrido pasaba por tomar la Autovía de los Viñedos o CM-42 para así no sobrepasar una distancia ya de por sí larga. Con todo el rigor posible en este indisciplinado grupo, abordamos este último tramo que nos condujo al punto del comienzo en el cementerio alcazareño y posteriormente, ya cambiados del atuendo ciclista, al lugar donde habíamos reservado para la comida grupal en el restaurante Nuevos Horizontes situado en la zona industrial alcazareña pero dotado no solo de una amplia sala, atestada de comensales, sino de un repertorio de platos dentro del menú del día que hizo las delicias de los ciclistas que tanto ponderan este tipo de oferta culinaria sencilla, abundante y económica.

Corrió la cerveza, el vino blanco y su versión Vino Paris, también la fórmula criptanense del llamado “sube y baja” o vino blanco con sifón. Corrieron los chismes y las anécdotas, corrieron las promesas de nuevas rutas y convocatorias y hasta Toni se atrevió a desgranar las familias ciclistas de procedencia en su Manzanares natal, hablando de los Bombas, los Aquilinos, los Cavas y, como no, los Poceros, de los que se considera uno de los últimos ejemplares en activo. Y para rematar, además de una sabrosa tarta helada al whisky, Bernard nos endulzó la imaginación relatando pequeñas andanzas del mayor de los rijosos conocidos, el gitano del mercadillo de Tomelloso, cuya diversidad de prácticas es ilimitada.

DATOS TÉCNICOS:
(TOMADOS DEL CICLOCOMPUTADOR MAGENE)
DISTANCIA: 95 KMS.
VELOCIDAD MEDIA: 24 K/H.
TIEMPO DE PEDALEO: 4 h. 0’ 40’’
CALORÍAS CONSUMIDAS: 2.939 kcal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ni Don Quijote de la Mancha en sus andanzas recorrió tantos andurriales como este conjunto de villanos que se hacen llamar ciclistas, pero aunque de ciclistas tienen poco de aventureros son la leche 🚴👍