lunes, 2 de noviembre de 2015

IX SUBIDA AL ROBLEDILLO

EL VIENTO Y LA CAMARADERÍA PRESIDIERON LA JORNADA

Panorámica del Puerto del Robledillo

Reeditando la subida del año 2011 los integrantes aún activos del ICC y del Loco y sus Amigos volvieron a coincidir en esta salida ya clásica y de rancio abolengo en el calendario ciclista aficionado     manchego y europeo en el que se dan cita lo más granado de este deporte.

Pepe Malaño en las rampas de subida
Ya desde el comienzo del encuentro, en El Molinillo, se produjo la primera escapada cuando los ciclistas llegaron al punto de concentración, Miguel Romeralo, había dejado una nota manuscrita sobre el parabrisas indicando que se adelantaba al grupo para igualarse durante la marcha. Vano intento. Ya no se le volvió a ver el pelo sobre la bici y únicamente al final del recorrido y atraído por el calor de las viandas, departía con los primeros compañeros en llegar apostado en la barra del bar.
Justo y Jose Escelio en la cima

Con menor grado de despiste y programando bien su ventaja, Juan Garrido y José Escelio partieron raudos hacia el cruce de inicio de la carretera que conduce a los Baños de la Guarra para esperar la llegada posterior del grueso del pelotón. Impulsados por el fuerte viento favorable no fueron alcanzados hasta el inicio de las primeras rampas del puerto. A partir de ahí Justo fue el primero en alcanzarlos y continuó a buen ritmo pensando en Miguel, al que suponía en mitad de la ascensión.

No fue así y Miguel equivocó el inicio del recorrido subiendo por el puerto del Lanchar, previsto para la bajada. El resto de ciclistas fueron llegando en un tiempo razonable y el viento no fue obstáculo dentro de la protección que ofrece la sierra. A la llegada no hubo tiempo para fotos porque Eolo apretaba cada vez  con más fuerza y la bajada era preludio de los añorados dulces pasteleros y el café en la churrería clásica.
El grupo en la churrería de San Pablo

Se cumplió el ritual en toda su dimensión, aunque habían desaparecido los dulces más genuinos y sólo quedaban unos estupendos rosquillos fritos que acompañaron al café en el marco de la mencionada churrería, cuyos propietarios, la familia Galán, descubrieron un estupendo comedor castellano con horno en el que preparan suculentos asados de esas carnes tan de actualidad por sus amenazantes consecuencias. Justo recibió un simbólico botellón magnum de vino de la tierra como si de un premio parcial se tratase.
Justo con su botella magnum

La inquietud por Miguel no desapareció y afortunadamente logramos contactar vía móvil indicándonos su error y confusión. Los demás se dividieron como estaba previsto y un sector se dirigió hacia Menasalbas y otros hacia El Lanchar para subir y bajar menos distancia. 

El grupo prolongador del recorrido tuvo que pelear ya en campo despejado con un viento que cada vez se posesionaba más de frente a la marcha, por lo que los relevos y abanicos se hicieron imprescindibles. La marcha fue buena pese a ello y una vez alcanzado Ventas con Peña Aguilera, el pedaleo alcanzó un ritmo óptimo, con viento fronto lateral pero buena temperatura y concentración de los ciclistas ante las embestidas del agresivo meteoro.

Pedaleando contra el fuerte viento
Llegados al punto de destino en El Molinillo nos recibió sorpresivamente la presencia de Gabriel, otro de los miembros del grupo alcazareño en evidente vía de desaparición como ciclista. Acobardado por las amenazas meteorológicas previas y por otros factores innombrables, se dio a ver para compartir mesa y venao amén de otras raciones propias de esta salida. Fue un final en el que los nueve participantes terminaron compartiendo el optimismo que otorga el etílico tomado en su justa medida. Y entre anécdotas, recuerdos y otras intervenciones orales no menos sabrosas se procedió a dar por concluida una jornada que resultó agradable y satisfactoria.
Juan y Jose Escelio en El Lanchar

Foto final del grupo en El Molinillo









1 comentario:

Antonio Rubio Carretón dijo...

Envidia sana de este día. Los achaques de los últimos tiempos me impiden gestas como ésta, pero aún no estoy muerto. Un abrazo a todos.