lunes, 4 de mayo de 2015

MACUTILLO 2015

PRIEGO - MOLINA DE ARAGÓN - PRIEGO


Mapa de la zona recorrida

UNA CLÁSICA DE PRETEMPORADA

SÁBADO 2 DE MAYO DE 2015

Durante los días 2 y 3 de mayo de 2015 y tras un retraso motivado por razones familiares y climatológicas, los miembros activos del I.C.C. han participado en la edición 2015 del Macutillo, afamada salida de pretemporada que pone a prueba el estado de forma de los ciclistas.

Concentrados en Alcázar a  primeras horas de la mañana del sábado 2, los cuatro integrantes del pequeño pelotón, salieron en el Honda CRV de Fontaine en dirección a Priego de Cuenca, ciudad con muchos encantos dentro de la Ruta del Mimbre y cuna geográfica del mítico ciclista Luis Ocaña.
El I.C.C. ante la tumba de L. Ocaña

Ante sus restos se hicieron las primeras fotos grupales como ya lo hicieran los alcazareños del grupo en el verano de 1998, es decir, hace diecisiete años. El aspecto del monumento apenas ha variado y tan sólo le han añadido una silueta en hierro fundido de tosca apariencia. Poca cosa para los méritos del que fuera gran campeón en la década de 1970 y vencedor del Tour de Francia en 1973.

De salida ya hubo que reparar un pinchazo que trajo Malaño junto a las demás pertenencias y, por ello, la marcha no se inició hasta que, tomado el primer avituallamiento en la Plaza Pricense y en la terraza del Bar España de los herederos de Don Manuel, emprendimos la salida hacia Molina pasando en primer lugar por Alcantud. Viento favorable y cuestas no muy pronunciadas alternándose con bajadas tendidas fueron dinamizando la ruta con apenas tráfico automovilístico.
En pleno Alto Tajo

Todo cambió al llegar a Zaorejas, en las inmediaciones del Parque Natural del Alto Tajo. Allí el firme se hizo irregular, tosco y descarnado. Los ciclistas empezamos a acusar las vibraciones y las bajadas se convirtieron en peligro constante. El café en el Hotel Peñarrubia, de pasado recuerdo, dio paso a la contemplación de uno de los remansos más espectaculares del río Tajo, que se conserva intacto en apariencia.

Nos esperaba Molina de Aragón y su Hotel Rural Molino del Batán, a casi un kilómetro de la población pero bien comunicado y alejado del bullicio. Después del aseo de rigor había que presenciar el decisivo partido de fútbol entre el Sevilla y el Real Madrid. Lo hacemos en el salón del recinto junto a un grupo de señores de Molina entre altivos y apasionados. En el descanso cambiamos de escenario y buscamos acomodo para la necesaria cena. Finalmente encontramos el Restaurante Manlía con menú asequible y televisor presto. Hubo que negociar las condiciones que según el propietario no perduraban por las noches. Se arregló para bien de todos aunque la cena no fue todo lo satisfactoria  que se presumía.

Petrosian pedalea entre pinares

Visita nocturna a la población y sus restos de antigua grandeza venida a menos ostensiblemente. Interesantes caserones de piedra y puentes sobre el río Gallo que le dan identidad. Finalmente tomamos una copa en la Taberna Catacaldos mientras comentábamos las incidencias de la etapa, el valioso triunfo del equipo merengue y Malaño obtenía un cigarro rubio que la camarera sacó en un abrir y cerrar de ojos de su faltriquera.

Noche de calor y ruidos en el Hotel con el paso incesante del agua que otrora moviera el molino. Restos de mobiliario artesanal como la reconvertida  mesa de recepción y antiguo separachinas para los cereales.

DATOS TÉCNICOS:

DISTANCIA: 95 KMS.
TIEMPO DE PEDALEO: 4 H 36' 12''
VELOCIDAD MEDIA: 20,5 K/h.
VELOCIDAD MÁXIMA: 60,5 k/h.
CALORÍAS CONSUMIDAS: 1895


DOMINGO 3 DE MAYO DE 2015

Desayuno más que aceptable en el salón del Hotel Molino del Batán rematado por un bizcocho salteado de chocolate. Necesarias calorías para la jornada que nos esperaba a los ciclistas. El viento comenzó a soplar antes de las primeras rampas de salida de la población y nada más posar para las fotos del recuerdo con el fondo del ruinoso castillo que corona a la ciudad.

Los integrantes del I.C.C. ante el Hotel Molino del Batán

Paso por Valsalobre y un espectacular paisaje de páramos y formaciones calizas en todo su esplendor cromático. Buen firme aunque áspero pero desde el inicio las subidas eran más prolongadas que los descensos y por tanto el ritmo se fue haciendo más lento de lo esperado.

Llegamos a Poveda de la Sierra en cuya entrada preside la estatua del "ganchero" del Tajo, homenaje a quienes hicieron ese oficio de conducir troncos de árbol a través del río. Continuando con la ruta y sin dejar de subir nos fuimos adentrando en la profundidad de la serranía hasta llegar una de las zonas más espectaculares, la Hoz de Beteta, que se abre en torno a esa pequeña población y se prolonga durante siete kilómetros hasta Puente de Vadillos.
Bernard al paso por Poveda de la Sierra

El paisaje se hace agreste, los pinos se mezclan e intercalan con las formaciones rocosas erosionadas por la fuerza del agua y el resultado es un paso estrecho que sobrecoge a los visitantes que se sienten
como enmarcados en un escenario fantasmalmente bello.

La subidas no cesan y tenemos que superar las rampas más duras y cercanas en algunos tramos al 15 % de desnivel. Evitamos también el túnel que conduce a Cañamares mediante la subida del pequeño Puerto de Monsaete, que pese a ello no supone un gran obstáculo para las ya mermadas fuerzas de los ciclistas. La cercanía al destino alienta las pedaladas y nos conducen a los pocos kilómetros a las inmediaciones de Priego a través de su espectacular Hoz, muy parecida a la de Beteta pero de menores dimensiones.
En plena Hoz de Beteta

Finalmente accedemos a la población dejando a un lado el desvío hacia la ermita de San Miguel de connotaciones fascistas, entramos por la calle Luis Ocaña y tras la búsqueda de un lugar para reponer fuerzas y de rescatar un euro del pilón de la Plaza, que había extraviado un implorante niño, por parte de Fontaine, pasamos a degustar el menú del día en el restaurante San Nicolás, situado en el mismo centro, entre la satisfacción de la misión cumplida, el cansancio acumulado y los relatos de Bernard sobre los Poceros y sus idas y venidas a los pasacalles y otras diversiones de escaso peso intelectual.

Los vecinos cercanos al vehículo nos ayudan a dar los últimos toques en la carga expedicionaria y nos ponemos en marcha de regreso a las cuatro y media de la tarde para completar un viaje sin apenas sobresaltos, plácido en la conducción por el escaso tráfico y leve en el precio por la buena relación de consumo que aporta esta tecnología de Honda. A las 19 horas justas estábamos de vuelta en Alcázar de San Juan habiendo culminado felizmente una de las pruebas más representativas del calendario anual del I.C.C. para 2015.

DATOS TÉCNICOS:

DISTANCIA: 85,5
TIEMPO DE PEDALEO: 4 h 32' 14''
VELOCIDAD MEDIA: 18,6 k/h.
VELOCIDAD MÁXIMA: 58,4 k/h.
CALORÍAS CONSUMIDAS: 1638



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