lunes, 17 de enero de 2011

CROSS DE LOS MOLINOS




Seguramente lo más significativo de esta prueba atlética no sean las marcas que se consigan, ni el propio relieve de los participantes, ni el esmero con el que cuidan el evento sus organizadores. Observando la foto que ilustra estos comentarios no es difícil intuir que el factor más relevante de esta actividad es el incomparable escenario en el que tiene lugar, es decir, la Sierra de los Molinos de Campo de Criptana.

Ver aparecer las aspas de estos milenarios gigantes al tiempo que subimos por las cuestas que acceden al cerro desde la carretera del Cristo de Villajos y fundirse en un panorama difuminado por la intensa niebla matinal para contemplar la carrera de esos jóvenes atletas en ese marco de lujo, es todo un placer para la vista.

Repito, lo de menos son los resultados, las marcas o las proezas. Lo importante es aprovechar estos reductos únicos que brinda la naturaleza y a los que la cultura manchega ha añadido unos iconos que seguirán traspasando modas y tiempos para acompañar a cualquier manifestación humana. Merece la pena vivirlo en algún momento y a nuestro grupo de ciclistas nos tocó ayer.




GIMNÁSTICO DE ALCÁZAR 1 - 0 HORCHE

A diferencia del anterior espectáculo descrito, lo presenciado en el municipal de Alcázar por la tarde entre los equipos del Gimnástico y del Horche en nada se pareció al arte ni a la estética futbolística.

El partido estuvo presidido por la mediocridad en las líneas de creación, la falta de criterio en la organización del juego y, en suma, en un pobre despliegue de valores futbolísticos de cara a los escasos y sufridos espectadores.

Lo único valioso fue el gol. Un gol que permite mantener las aspiraciones de ascenso, que añade tres nuevos puntos en la clasificación y que además fue el resultado de una de las pocas acciones de calidad que pudimos presenciar. Corría el minuto siete de la primera parte y Juanvi recibe un pase por el centro y logra enviar otro entre los centrales visitantes dejando en inmejorable situación a su compañero de ataque José Luis Romero que no desaprovechó la ocasión.

Ya no hubo más. El resto del encuentro fue un querer y no poder. Pequeños intentos y destellos de juego que se esfumaban como fuegos fatuos, y el debut del nuevo jugador Sáez Molero "Chuchi" que apenas entró en juego y no convenció a los aficionados. Habrá que dar un margen de tiempo para no juzgarlo con precipitación.

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