domingo, 31 de enero de 2010

FESTIVAL EN RIAZOR Y EN ... LA JUNTA DE LOS RÍOS



DEPORTIVO DE LA CORUÑA 1 - 3 REAL MADRID

Por la noche del sábado 30 vimos de nuevo a un gran Madrid, que apenas notó las ausencias de algunas de sus figuras. El equipo va cogiendo definitivamente ritmo y armonía colectiva, con un centro del campo presionante hasta la asfixia, y eso que el Depor es siempre un equipo correoso.
El dominio de los madridistas fue apabullante desde el inicio, con buena circulación del balón y un Guti inspirado que alimentaba de buenos balones tanto a Kaká como a los delanteros, especialmente a Benzema, que tiene mayor movilidad y potencia que un Raúl en horas bajas, quizá admitiendo que sus días como madridista están llamando a su fin.
El primer gol de Granero, de certero cabezazo picado hacia la base del poste, donde nunca llegan los porteros, puso el marcador al nivel de lo manifestado en el juego y luego llegó la genialidad de la noche con ese imprevisto y desconcertantemente eficaz taconazo de Guti, que no sólo desarboló a la defensa sino que estuvo a punto de engañar al propio Benzema que no lo esperaba. Menos mal que el francés reaccionó con reflejos y disparó a puerta vacia para poner el cero a dos en el marcador.
El resto del encuentro fue un querer y no poder por parte del Deportivo, que en ningún momento puso en aprietos al equipo madridista salvo en pequeñas descoordinaciones o despistes defensivos, generalmente propiciados por Marcelo, que una vez más se puso en evidencia como defensa y dejó claro que es preciso buscarle un sustituto en ese puesto cuanto antes. Por él vino un absurdo y riguroso penalti de Ramos que transformó Riki en el único gol coruñés. Al final, otro buen ataque sirvió para que Benzema sentenciara definitivamente el encuentro con un disparo cruzado.



DONDE LOS RÍOS SE JUNTAN

En una mañana fría pero agradable para el ciclismo, nos aventuramos a llegar a la auténtica junta de los ríos, no sin antes pasar por la laguna del Cerro Mesao y los observatorios de la Tabillas del Záncara, que siguen espectaculares de agua y cada vez con más aves.
Después continuanmos la ruta por el margen del río Gigüela en el punto de arranque cercano a Inazar, para adentrarnos hasta el lugar donde se junta con el Záncara, para más adelante llevar todas estas aguas hasta el Guadiana.
El lugar está poco transitable y tuvimos muchos problemas de barro arcilloso que nos obligó a limpiar las horquillas de la bicicleta en varias ocasiones e incluso José Escelio patinó más de la cuenta y llegó a casa con las huellas del barro en su equipación. También Pedro Peinado remató la salida con una desafortunada caída de última hora que le lastimó la rodilla, aunque parece que todo quedó en un susto sin mayores consecuencias.
Así pues, mientras dure la humedad por estos parajes, aunque seamos algo reiterativos, acudiremos a visitarlos las veces que sean precisas porque siguen llenándonos la vista y la emoción al contemplarlos.

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