miércoles, 3 de diciembre de 2008

FIESTA ALEGRE


El pasado día uno de diciembre tuve ocasión de visitar, junto a Vicente Paniagua que me cursó invitación e hizo de amable introductor y embajador, la obra gestada por Pedro Ferrándiz, con quien me fotografié para ilustrar estos comentarios, y sus colaboradores en la Fundación que lleva su nombre y es un auténtico templo del baloncesto por la memoria que, en diversos formatos, conserva entre sus muros. Alcobendas ha sabido anticiparse como municipio a lo que sería un privilegio para muchas otras ciudades de mayor población y rango. Su edificio, Borislav Stankovic, en honor del Secretario General de la FIBA durante 26 años, es una muestra de gratitud y reconocimiento a la memoria de un deporte que se gestó en nuestro país casi al compás del pasado siglo XX y que ha ido creciendo hasta ser uno de los más seguidos y arraigados en todo el ámbito mundial.

En el museo se pueden ver colecciones de medallas conmemorativas, material baloncestístico en su evolución temporal (balones, botas, protectores, etc.), camisetas de eventos o de jugadores míticos, fotografías de un sinfín de situaciones reales y del mundo de la alta competición… y todas sus galerías, además de una sala propia, engalanadas con obras de arte alusivas al deporte de la canasta. Como guinda de este coleccionismo, la biblioteca “Samaranch”, única en el mundo en volúmenes temáticos sobre baloncesto, y paraíso de obligada visita para estudiosos, investigadores y curiosos de todo lo relacionado con el referido deporte.

Tuve la suerte, además de ser obsequiado con varios ejemplares editados en conmemoración de los grandes torneos: Olimpiadas, Copas de Europa, Trofeos de Navidad del Real Madrid, Copa de España, etc., que vienen a resumir y refrescarme aquellos años de infancia y juventud en los que miles de chavales de nuestra época unimos a la afición futbolística, esta otra modalidad de origen americano, que, a golpes de Coca-Cola y mini-basquet en los recreos escolares, fue calando en nuestro imaginario de gozos y aspiraciones deportivas. Serán pocos los compañeros de aquella etapa que no hayamos jugado, con más o menos brillantez y continuidad, al baloncesto.

En suma, una jornada de fiesta y alegre, como el título que tuvo el Frontón de los años cincuenta y sesenta en que se fraguaron los grandes triunfos del equipo madridista de entonces.

1 comentario:

antoniogarrido.es dijo...

Te falta la fotografía con el presi. Que sepais todos que también se hizo una con el Presidente Calderón. Ya la enseñará.