domingo, 14 de diciembre de 2008

LECCIÓN DE DIGNIDAD


Que era difícil que el Real ganase en Barcelona, lo sospechábamos hasta los más forofos madridistas, pero que el Barça tuviera tantas dificultades para lograr la victoria es algo que no se esperaba la tensa y desaforada afición catalana, que vivió con ansiedad todo el encuentro y explotó de júbilo a siete minutos del final, desahogando así toda la tensión acumulada. Y es que en el fútbol, como en la vida, los milagros escasean y ante un equipo que estaba haciendo un juego alegre y fluido, con la moral alta por las recientes victorias, y goleando con bastante facilidad hasta a los rivales más directos, lo extraño hubiese sido que un Madrid, diezmado por las múltiples lesiones, con nuevo entrenador - me alegro que pruebe el pedroteño Ramos - y con la enésima composición defensiva en lo que va de curso, dando paso a Metzelder y Salgado, que hasta ahora eran suplentes, más el debut de un canterano como Palanca en un escenario tan exigente como el Nuevo Campo del Barcelona - parece irónico seguir llamándolo así tras casi cincuenta años de historia - hubiese dado la sorpresa.

Sin embargo, si la suerte, que sigue siendo un factor importante en este juego, hubiera sido favorable en las dos clarísimas ocasiones de Drenthe y del mencionado Palanca en la segunda mitad, otro gallo hubiera cantado y ahora no estaríamos hablando de doce puntos de desventaja. Pero, a pesar de todo hay que mantener el optimismo y recuperar el estilo y la ambición, que es lo que diferencia al Madrid del resto y lo que causa tanto encono en Barcelona. Si el resultado hubiese sido un empate, la orgullosa afición barcelonista se hubiera llevado una decepción morrocotuda, pues no hay que olvidar que la victoria sobre el Madrid tiene en esas latitudes más valor que cualquier otro título que puedan conseguir. Y no se estuvo tan lejos de que así fuera. Lástima que los cambios de última hora no tuvieran la tensión competitiva de los que abandonaron la cancha.

El Madrid perdió y fue dominado territorialmente por los catalanes, pero dió una lección de dignidad y de capacidad de resistir cuando las circuntancias podían haberlo abocado a la debacle. Quien sabe si será el comienzo de un cambio de actitud que le permita, una vez más, iniciar una nueva remontada, como a las que siempre nos ha tenido acostumbrados. Este Madrid es el que se gana el respeto, la admiración y la envidia del resto de sus rivales.

1 comentario:

antoniogarrido.es dijo...

El 2-0 en base a los partidos previos en el Camp Nou, y los malos resultados del Madrid,a los aficionados del Barça nos ha decepcionado el 2-0 y "dando gracias".