domingo, 2 de noviembre de 2008

AGRIDULCE


Este fin de semana deportivo lo inicié en el pabellón Díaz-Miguel presenciando el primer partido de mi temporada en baloncesto entre el Adepal de Alcázar y el Matchmind Carrefour El Bulevar de Ávila. Equipo éste que se llevó una merecida victoria por su mejor juego, su saber estar en la cancha y la mayor velocidad en los movimientos de sus jugadores, más jóvenes y de mayor calidad individual que los del equipo alcazareño.
Lo más negativo, aparte del estruendo casi inaguantable que es necesario soportar para presenciar este tipo de partidos, es que la propia hinchada local agotó los cánticos consabidos y poco originales para tratar de justificar la impotencia del juego de los suyos, para finalmente aceptar, en un silencio resignado, los últimos momentos del partido. Cuidado, porque observé una agresividad creciente no sólo de los espectadores más inflamables, sino también de la mascota, los limpiadores de la mopa y hasta de las chicas animadoras, cuando todos ellos deben guardar las formas y la neutralidad como signo de respeto y elegancia que nunca debe perderse en el deporte.
Por la tarde del domingo, en el derby comarcal, el Gimnástico venció trabajosamente a un flojo Unión Criptanense con el solitario gol de Jaime, que una vez más salvó a su equipo, que en esos momentos se había quedado con diez jugadores sobre el campo. El partido fue malo de solemnidad, en la línea habitual de falta de juego por las bandas, sin ideas ni control en el centro del campo y únicamente una grupo muy disciplinado que logra hacer difícil que le marquen gol. En todo caso si hubiera sido el Criptanense el primero en conseguirlo, el resultado no se habría alterado.
Por fín, el Real Madrid como colofón a la referida jornada, ha dado una vez más en Almería muestras de estar muy lejos de ser el equipo aspirante a los títulos en juego y ya veremos si consigue no descolgarse antes de tiempo de las tres competiciones. Salió sin entusiasmo, ramplón y falto de ambición frente a un Almeria temeroso y poco combativo. Tras un gran gol de Raúl, lo único bueno del equipo madridista, se dedicó a guardar el botín intentando controlar el partido, pero con la apatía y falta de autoridad que viene demostrando en lo que llevamos de temporada, y claro, el gol almeriense no tardó en llegar. Empate y gracias. ¡Una pena!

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