lunes, 30 de mayo de 2016

AHORA... EL MADRID

Toda la plantilla madridista celebra el nuevo éxito
Manuela Carmena, la alcaldesa madrileña, solo tiene que añadir un artículo determinado, masculino y singular, entre su marca electoral, para dar el lugar apropiado a la movilización social y urbana que la victoria de un Club de Fútbol de la capital es capaz de generar. Seguramente no vivirá otro evento más multitudinario y aglutinador que ese en todo su mandato. Lo dejó además muy claro con sus palabras: "Sois los mejores", lo que siempre producirá suspicacias en los derrotados y la controvertida visión que el fútbol tiene entre sus seguidores, que nunca nos pondremos de acuerdo para hacer críticas objetivas sobre el buen juego o la superioridad de un equipo frente a otro.

Al igual que ocurre en las entrevistas televisivas, las últimas palabras se reservan para los personajes que están en situación dominante, para que su mensaje sea el que quede en la memoria colectiva superponiéndose a todos los anteriores. El Madrid cierra la temporada y los últimos ecos irán asociados a su triunfo antes de que vuelva la nueva temporada. Son técnicas de marketing televisivo. Son refranes que se actualizan: Quien ríe el último ríe dos veces.

Manuela Carmena recibe la simbólica camiseta de la 11ª

Dicen los atléticos que su equipo jugó mejor, pero lo cierto es que Keylor Navas no realizó ninguna parada durante el juego, pues encajó el único gol atlético y los palos repelieron los dos penaltis decisivos. El resto se limitó a despejar balones con el pie o recoger envíos fáciles. El Real Madrid dominó durante los primeros treinta minutos de tal modo que si además del gol de Ramos hubiera materializado las ocasiones de Casemiro, salvada inextremis por Oblak con el cuerpo, la de Benzema que abusó de individualismo con Cristiano a su lado o la de Bale que sacó un defensor con el meta ya batido, el resultado hubiera sido contundente. Pero claro, es verdad, el atlético tenía obligación de remontar y el Madrid no supo jugar su gran baza al contraataque, entre otros motivos porque Cristiano salió al partido mermado físicamente, por mucho que se oculten estos detalles y además el equipo se replegó más de lo necesario, teniendo en cuenta que la gran baza atlética es marcar y hacer un cerrojo invulnerable. Se cambiaron las tornas y eso desconcertó a ambos equipos que sufrieron y se agotaron más de lo debido en busca del gol decisivo.
Lo demás podemos interpretarlo cada uno a su manera. Yo me quedo con las ocasiones de peligro generadas y ahí el Madrid fue claramente superior aunque sin acierto. Lo ratificaré en una segunda visualización tranquila del partido, porque he de decir que lo vi entre una extraña mezcla de cansancio tras mi vuelta del Senegal, sin apenas dormir, el cuidado de mis nietos que no entienden de finales europeas y la propia emoción creciente del desarrollo de los acontecimientos sobre el césped que le dieron ese dramático final.

Carmena junto a Florentino con la Copa de Europa 2016

Pero si algo tiene el fútbol es la falta de objetividad de sus aficiones. Cada cual vemos a nuestro equipo y nos cuesta reconocer al contrario. Esto es tan evidente como que este mismo partido jugado como amistoso por una causa solidaria dejaría el graderío casi vacío. Por eso digo, como Javier Marías, que en España hay que andarse con pies de plomo a la hora de mostrar los logros y los fracasos, la alegría y la desdicha. Un exceso de lo uno o lo otro es siempre un peligro, se corre el riesgo de quedarse solo y abandonado. Por tanto nos limitaremos a lo único objetivo que tuvo lugar en el campo, que el resultado fue un empate 1 - 1 que simboliza la proeza del indiscutible palmarés madridista en Europa, cuya superación tardará en producirse y que yo no deseo verla si alguna vez tiene lugar.

Simeone consuela a Gabi, su mejor jugador.

Para consolarse, los atléticos siguen recurriendo a tópicos tan manidos como falsos: que si somos distintos, que ser del Atleti es otra cosa, que nos acuden las calamidades, que solo los atléticos entienden al Atleti... no ha pasado ni un día y el Cholo ya ha dicho que necesita refuerzos (Cavani y Costa entre otros) si quieren estar a la altura de los más competitivos y ganar, por fin, este torneo continental. Es decir, tirar de talonario como hacen todos los equipos punteros sin excepción, aunque pretendan camuflarlo con otros recursos dialécticos o eufemísticos.

Cristiano marca y la 11ª ya es madridista

Por eso me han gustado algunas de las crónicas que hoy he leído ya más relajadamente, saboreando la nueva gesta y disfrutando de una condición de la que ni reniego ni me escondo. Me ha gustado la del cántabro José Sámano en El País que dice cosas como: "Un partido extraordinario devolvió al Madrid a su paraíso sin fin y dejó al atlético otra vez sonado" ... "De nuevo bingo para este Madrid celestial que tiene la pócima mágica del gran torneo"... "El Madrid se maneja en este torneo como en la sala de estar, es su testamento"... "Gloria a todos, unos y otros, por una final estupenda. Undécima para unos y pena máxima para otros".
También en el mismo diario, Ladislao J. Moñino escribe: "El penalti que estalló Juanfran contra el poste es ya el tercer estigma en la historia del Atlético en su abordaje a un título que se resiste entre paisajes dramáticos y golpes de infortunio"... "Sin fútbol de trincheras no hay Atlético, y en ese tiempo del inicio en el que no se encontró, se le escapó el título" ... "Ahí recibió el gol que no pudo enmendar Griezmann. De penalti... Y tampoco corregir Juanfran".

Por último, Jesús Garrido en El Confidencial dice: "Gabi se merecía levantar la Orejona. Se merece tantas cosas... Pero el fútbol no tiene ni idea de merecimientos. Sabe de si entra o no la pelota en la red. En el Atléti entró una vez. No sirvió"... "Simeone ha impregnado tanto al equipo de sí mismo que su marcha supondría un colapso difícil de superar"... "Hay veces en las que un rey debe ceder el trono, asumir que no está para reinar. Cristiano es orgullo hecho persona, y eso mermó al Madrid durante muchísimo tiempo, un tiempo siempre precioso cuando hablamos de una Copa de Europa".

Imagen de Jesús, el abuelo de Majaelrayo
Son solo una muestra seleccionad de los ríos de tinta que han corrido desde que se inició el partido en San Siro. Yo me quedo nuevamente con la ingenuidad calculada del publicista que hace años, cuando el Madrid no ganaba la Copa desde hacía tiempo, puso en boca de un abuelo de Majaelrayo, un pueblo del Alto Tajo, esa frase entre nostálgica y campechana de alguien al margen de lo futbolístico que se deja llevar por las voces de la calle:

- Y el Madrid qué, otra vez campeón de Europa, ¿no?.







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