viernes, 5 de julio de 2013

GRUPO CICLISTA CERVANTES

Ha tenido que finalizar el curso para que, por fin, la esperada salida de un grupo de alumnos y dos de los profesores unieran sus aficiones y sus deseos de dar una vuelta en común por los ya polvorientos caminos manchegos.
Posando antes de salir cerca del Instituto

Con rigurosa puntualidad y aprovechando el escaso frescor mañanero, a las 8:30 de la mañana del viernes 5 de julio se reunían Justo y Raúl junto a Blasco, Chacón, Villajos y Quiñones, los cuatro alumnos ciclistas que acudieron a la cita. Echamos en falta a Roberto Vergara, que posiblemente esté preparando ya compromisos más serios para este verano y también a Gabriel Garrido, por ser este último uno de los que más insistieron en que se organizase la salida.

Lo importante fue hacerla y de este modo fortalecer vínculos entre los miembros del IES Cervantes que tienen a la bicicleta entre sus preferencias deportivas. Pronto hubo acuerdo para encaminarnos hacia Villafranca por el camino de los humedales y poder contemplar además una colina de flamencos al borde mismo del camino, que poco a poco va secando sus orillas.

Los flamencos al borde del camino

Después de alcanzar el río Gigüela por el puente del camino de Villafranca, optamos por bordear el mismo por la zona más cubierta de vegetación hasta llegar al polvorín y de ahí entrar a la laguna por la zona cercana a la Jorja. Primera parada y la consiguiente foto con el agua de fondo.


Continuamos hacia el pueblo por el camino del parque lineal y al llegar al malecón surgió la primera dificultad por un pinchazo en la bici de Álvaro Quiñones que contó con la ayuda de Raúl para insuflar de espuma el tubeless y seguir funcionando. Buenos inventos modernos que facilitan estos contratiempos de forma rápida y cómoda.
El grupo en la laguna de Villafranca

A partir de ahí tomamos el camino en dirección a Puerto Lápice y nos bifurcamos a la izquierda para alcanzar Herencia y seguir hacia los pozos del agua. Parada obligada para reponer fuerzas y beber agua del esacaso caudal que permanece abierto en  la fuente del recinto y foto con la simbólica copa como testimonio de nuestro paso. También Jaime Villajos se apartó del grupo por una ligera indisposición y se adelantó para esperarnos.

Desde allí emprendimos la fase más dura del recorrido volviendo por el camino hacia Puerto Lápice, muy suelto de chinas, y giramos para ascender y atravesar la sierra de la Sevillana, llena de abundante vegetación pero asolada por el calor reinante. Ahora fue Antonio Blasco el protagonista de otro problema, en este caso muscular, que le impidió llevar el ritmo adecuado y tener que soportar un dolor molesto hasta el final de la salida.
Ante la Copa de los Pozos del Agua


En Herencia, una última parada para reponer líquido y recuperar las últimas energías necesarias dado que el final se haría duro por el calor de la avanzada hora y por el viento que soplaba en contra. Decidimos seguir por la carretera para evitar rodeos innecesarios y salvar el Gigüela cuyo puente sigue sin repararse no se sabe muy bien por qué.

Desde la estación de compresión del gas afrontamos el último tramo y tanto Raúl como David Chacón, en un alarde de solidaridad ciclista, empujaron a Blasco al alimón para facilitarle la última subida. Finalmente llegamos hasta la rotonda de entrada, entre obras y señales y nos despedimos satisfechos de la ruta compartida. ¡Que se repita!
Último tramo de la salida llegando a Alcázar

DATOS TÉCNICOS:

Tiempo de pedaleo: 3 h 5' 14''
Distancia: 65,3 kms.
Velocidad Media: 20,5 km/h.
Velocidad Máxima: 32,9 km/h.
Calorías: 873

No hay comentarios: