lunes, 27 de octubre de 2008

SUBIDA A "EL ROBLEDILLO"


Este domingo, el fútbol perdió protagonismo por la espléndida ruta cicloturista que llevamos a cabo el habitual grupo de amigos que nos juntamos semana tras semana para practicar nuestra afición deportiva favorita: el cicloturismo. La cita estaba prevista, con el cambio horario, para las siete y media de la mañana desde Alcázar y en coches, cargados con las bicis, para llegar hasta El Molinillo, en las estribaciones de la Sierra del Castañar y cercanos al Parque natural de Cabañeros.
El grupo lo formamos once personas: Justo López, Juan Garrido, Pedro Álamo y sus hijos Alvaro y Carlos, Miguel Romeralo, Antonio Garrido, Pedro Peinado, Jose Escelio Gómez, Jose Antonio "El colombiano" y Jose Yuste "El relojero".
La ruta resultó agradable, porque la mañana así lo propiciaba al gozar de una buena tempreratura, ambiente húmedo pero soleado y el paisaje otoñal con los primeros verdes previos a los hielos invernales. Multitud de ganado pastando en las dehesas y una carretera despejada, para practicar la dura pero gratificante subida hasta el puerto de El Robledillo, llegar hasta San Pablo de los Montes y, tras disfrutar de un café reparador y unos "cortadillos", volver por el puerto del Lanchar hasta desembocar nuevamente en la carretera que nos devuelve hasta El Molinillo, donde reparamos fuerzas en la célebre gasolinera del cruce, lugar donde sirven venao y otros manjares de la tierra, aunque ayer no fuera el día más propicio.
Al final resultó que habíamos pedaleado durante 2 horas y 39 minutos, recorriendo 49 kilómetros a una media de 18,2 Kms/h., con una velocidad máxima en las bajadas de 66 kms./h. y quemando una media de 824 calorías. ¡Esperemos repetir también el próximo año!
Por la noche, en Canal + un nuevo clásico Real Madrid - At. Bilbao, ensombrecido por el nefasto arbitraje de otro de tantos incompetentes jueces que la Federación debería reciclar y luego, tomar el ejemplo del fútbol inglés, que está ganando audiencia televisiva entre los espectadores hispánicos, por su intensidad, su emocionante carga de motivación y la ausencia de cuento y picaresca ralentizadora que envuelve nuestro fútbol. Y eso que, tanto Real como Athletic, ofrecieron un buen tono con llegadas peligrosas y la calidad siempre notoria de los grandes que marcan las diferencias. Me gustó mucho Sneider y su potencia rematadora, además de su constante brega y lucha. También Higuaín se está consolidando como la alternativa a un Raúl que necesita dosificarse. En defensa, sólo Pepe está por encima del resto y Marcelo debe recibir un toque de atención o será un auténtico coladero.
Los bilbainos sólo algún detalle de calidad por parte de los más técnicos como Yeste y Gabilondo, el resto intentando ejecutar una sinfonía que nunca pasará de mediocre mientras el director sea un "camionero del pescado" como Joaquín Caparrós.

domingo, 19 de octubre de 2008

Pegándoles duro


De nuevo tanto el Real Madrid como el Gimnástico han sido capaces de golpear a sus rivales del fin de semana con contundencia.
Los madridistas amargaron, una vez más, la fiesta colchonera en su propio campo y se va a cumplir la primera década del siglo XXI sin que aún hayan logrado la victoria liguera sobre sus vecinos merengues. El partido comenzó con similares visos a otros recientes en los que los madridistas marcan al medio minuto y noquean psicológicamente a sus rivales. Los atléticos encajaron mal este gol en todos los sentidos. Buscaron la solución inmediata en unas brutales entradas, que me recordaron los peores tiempos de leñeros tan afamados como Griffa o Glaría, a quienes se les comparaba con Herodes y Pilatos, pues si salías vivo del primero, te esperaba el segundo con mayor agresividad que el anterior.
Lo cierto es que algunas entradas protagonizadas por Perea, Ujfalusi o Pernía fueron merecedoras de roja directa, posiblemente fruto del nerviosismo del tempranero gol, pero evitables para un equipo que ha vuelto a Europa con jugadores que pueden dar más de lo demostrado ayer. Después vino lo de otras veces, un Madrid que perdonó, unas veces por malas deciones arbitrales -siguen mostrando una incompetencia clamorosa- y otras por esa especie de abulia de quien no consigue hacer valer su superioridad con rotundidad y que termina agobiado por esa misma falta de autoridad. Aunque afortunadamente el equipo está recuperando ese espíritu de lucha y de sacrificio hasta el último minuto que, unido a la innegable calidad de algunos de sus hombres, le puede deparar triunfos donde se necesiten.
Por su parte el Gimnástico ofreció un buen partido ante un flojo rival, el Tarazona, que no en vano ocupa el farolillo rojo en la clasificación. Curiosamente sus dos primeros goles vinieron por algo tan elemental como abrir el juego por la banda, centro y aprovechamiento del rechace inicial para marcar de dos estupendos remates. A mí me gustó especialmente el de Jaime Beamud que logró marcar de una volea sensacional. Luego, ya en la segunda parte, Isaac marcó un buen gol demostrando su calidad y liderazgo en este equipo, en el que no sobra precisamente lo primero. El resultado final fue de 4 - 1 para los alcazareños, que se descuidaron en el gol visitante.
En definitiva, una jornada satisfactoria para los seguidores de ambos equipos, Real Madrid y Gimnástico, en una tarde plácida de clima suave y buenas condiciones para la práctica del fútbol.

martes, 7 de octubre de 2008

PAPÁ ¿POR QUÉ NO MARCAN GOL?


Con esta ingenua e infantil visión del fútbol, se dirigió ante nosotros, un niño de unos cinco años a su padre, que lo había llevado como novedad a presenciar el partido disputado en el Campo Municipal entre el Gimnástico de Alcázar y el Villarrobledo C.F. y que finalizó con el siempre aburrido empate a cero goles. El chaval no podía entender que un partido pudiese terminar sin que ninguno de los contendientes marcaran, pero esa es otra de las miserias o grandezas de este singular deporte.
Por mi parte, renové también la satisfacción de sentirme acompañado en la grada por mi hijo Héctor, que se animó a presenciar el encuentro, aunque al final también lamentara lo aburrido del espectáculo. Al menos, tuvimos la sensación de emular a Nick Hornby, el hincha del Arsenal, que publicó un afamado libro titulado "Fiebre en las gradas" en el que relata los inicios y su posterior conversión como seguidor impenitente del equipo inglés así como sus vivencias en torno a los partidos jugados en su campo de Highbury Park. Todo padre aficionado al fútbol suele sentirse orgulloso de que su hijo lo acompañe alguna que otra vez a presenciar los partidos, y no me cabe duda de que los auténticos apasionados por este deporte han sido espectadores, desde muy niños, de los partidos del equipo de su pueblo.
En lo puramente futbolístico, el Gimnástico volvió a ser un equipo plano, con escasa calidad a la hora de mover el balón o de elaborar jugadas, aunque serio y disciplinado tácticamente, lo que le permite mantener el resultado equilibrado frente a rivales que cuentan con delanteros rápidos y experimentados como fue el caso del Villarrobledo. En fin, un clásico del fútbol manchego venido a menos, pero que cuenta con el renombre de todos los derbys que históricamente se repiten en nuestras latitudes futbolísticas.