lunes, 13 de junio de 2016

TRES PUERTOS Y MUCHAS INCIDENCIAS

Concentrados antes de salir de Brazatortas

El pasado domingo 12 de junio, un amplio y peculiar  grupo de ciclistas alcazareños, a los que nos une un código de acceso al WhatsApp y no una ficha de la Federación Española de Ciclismo como cabría suponer, nos pusimos en marcha siguiendo la acertada iniciativa de Agapito, que deseaba dar a conocer un territorio que bien merece ser explorado. 

Ya desde la temprana salida comenzaron las incidencias, puesto que la furgoneta de Juan Antonio parece ser lenta de carburación y es preciso darle su tiempo para que reaccione. Esto lo entienden los mecánicos, pero a los ciclistas nos cuesta aceptarlo cuando tenemos por delante casi dos horas de viaje hasta el punto de partida con las bicis y sabemos que el calor se echará encima sin piedad.

Pedaleo compacto en los primeros momentos de la ruta
Superado este primer desajuste inicial y escoltada la misma por los dos coches restantes, la expedición se presentó en Brazatortas poco antes de las nueve de la mañana. Desde el punto de encuentro en el restaurante La Zarza, al pie de la carretera, y una vez ataviados con la ropa de faena, iniciamos la ruta por la N-420 en dirección a Fuencaliente, es decir, atravesando el mismísimo Valle de Alcudía por una de sus principales vías de tránsito. 

Quien estas líneas escribe ya lo hizo en otra ocasión allá por el año 1989 y ciertamente la calzada ha sufrido modificaciones importantes. La más notable, la existencia de arcenes y carriles adicionales para las zonas de subida. Los puertos quedan algo suavizados por el perfil mas atenuado de las rampas y el mejor rodaje que proporciona un asfalto regular y firme.

Primer pinchazo tempranero


Pese a ello, no habían pasado los primeros 5 kms. y un pinchazo inesperado provocó la primera parada. Josemi no tardó en exclamar:

- Hay que darle más presión a las ruedas, coño. ¡Coño! que creo que también he pinchado. Eso me pasa por hablar. 


Josemi repara su pinchazo ante la irónica mirada de Agapito


Mientras lo exclamaba se acercaba  al grupito que ya trataban de arreglar el  primer pinchazo. Después el segundo y así el grupo general parado al borde de la carretera contemplando el panorama del Valle, la llegada abrupta del calor y la sequía que amarillea el paisaje, las tierras rojizas de origen volcánico que se acumulan en las cunetas... y cuando parecía que se recuperaba la marcha, un nuevo incidente circula vía móvil. Josemi y Juan Serrano no vienen porque se ha caído Juan. Por fortuna no es grave. "Chapa y pintura" en el argot ciclista. Pero deciden no continuar y regresar al punto de partida para esperarnos y ver la evolución de Juan sin riesgos añadidos. Gran gesto nuevamente de Josemi que siempre se pone al lado de los que necesitan ayuda.

El grupo casi al completo coronando el puerto de Niefla

Seguimos la marcha y superado el primer escollo de Pulido (850 m) el grupo pedalea con cierto ritmo en el que cada cual busca su cadencia. Nuestro "purito" Barco ya ha tenido suficientes parones como para agotar sus reservas de nicotina. ¡Menos mal! Atravesamos el valle, el río Montoro, escaso ya de agua y afrontamos la subida a Niefla (902 m.) que será la más exigente de la etapa. No hay problemas porque las rampas son largas y suaves y solo pequeños tramos ofrecen una inclinación respetable. La bajada compensa el anterior esfuerzo y nos pone ante el horizonte de la última barrera natural antes de llegar al objetivo. Se trata del breve puerto de Valderrepisa (850 m.) que subimos nuevamente sin un esfuerzo especial y cada cual buscando la rueda propicia.

No faltaron las previsiones hídricas

A la bajada y tras el paso por un camping comunitario de muy buena pinta, nos plantamos en las cercanías de Fuencaliente en cuyo primer parador de carretera reponemos fuerzas y tomamos un café antes de emprender el regreso. No es necesario incidir en el mismo porque afortunadamente no hubo nada memorable. Cada cual optó por seguir la rueda amiga que más le favorecía. Los más aprensivos psicológicamente fueron superando sus fantasmas y subiendo lo que antes eran retos casi inalcanzables. 
Juan y sus lesiones





Finalmente todos nos reunimos en La Zarza, comprobamos que Juan estaba razonablemente bien, ¡tiene buen aguante! y además de unas clandestinas cervezas que venían en el furgón y que fueron vistas y no vistas, dimos paso a la comida, con los coches al alcance y un salón amplio y refrigerado servido por una camarera rubia y pizpireta que siguió el juego necesario para hacer más ameno su papel.


Comida al final en La Zarza de Brazatortas

Y poco más, ¡cariño!, que diría Bernardino, en telefónica respuesta. Todo bien. Los pobres nos conformamos con pan y chocho, que son las dos metáforas de los estímulos que más suelen consolarnos. Regreso sin más incidentes. ¡Ya eran suficientes los pasados!  Pequeñas siestas en el retorno y despedida en el punto de partida. Todos pendientes de Juan y sus lesiones que han sido más serias de lo aparentado pero nada grave que no cure el tiempo y la paciencia. Hasta la próxima.

DATOS TÉCNICOS:
Obtenidos con STRAVA
Distancia: 74 kms.
Tiempo de pedaleo: 3 h 10' 46''
Velo. media: 23 k/h.
Velo. máxima: 67 k/h.
Aumento altitud: 1191 m.