lunes, 4 de noviembre de 2013

VII SUBIDA AL ROBLEDILLO

Tomando la ruta hacia San Pablo de los Montes

Salvando las dificultades y ausencias de última hora, confirmado el pronóstico de buen tiempo para esa mañana y disipadas todas las circunstancias menos la espesa niebla que amaneció envolviendo el entorno, los tres ciclistas que aceptaron el reto, Justo, José Escelio y Pedro P., salieron rumbo al cruce de El Molinillo con rigurosa puntualidad a bordo del Honda HRV con su portabicis al completo.

La niebla formaba un cordón suspendido en el aire

La densa niebla no desaparecía del horizonte y tras tomar un café en el bar Mirador del Molinillo, cercanos a las diez de la mañana, emprendieron la marcha con cierto riesgo pero con el escaso tráfico de cazadores que lo minimiza. Una vez alcanzada la desviación hacia San Pablo de los Montes, ya sólo restaba pedalear y disfrutar de un paisaje cada vez más verde, salpicado de los preciosos ocres otoñales y con el añadido espectáculo del cordón de niebla que iba quedando más bajo que la propia carretera a medida que se avanzaba en la ascensión.
Las vacas y terneros pastando entre la niebla

Esta primera parte fue dura pero previsible y bien afrontada por los ciclistas, aunque Pedro aún tenga reparos mentales que le hacen dudar de sus auténticas posibilidades. Llegados a la cima y disfrutando de una mañana espléndida, decidieron prolongar la etapa llegando hasta Menasalbas por una carretera en muy buen estado y con pendiente favorable. De allí y sin parar hasta Ventas con Peña Aguilera donde ya José Escelio pidió parada para reponer fuerzas. Así lo hicieron en un céntrico bar de la localidad de la piel, degustando sendos montados de jamón con tomate y visualizando unos rosquillos que llamaban a voces.

Parada en la Plaza de Ventas con Peña Aguilera

El siguiente tramo del recorrido consistió en retornar a San Pablo de los Montes desde Ventas por una carretera en buen estado, poco tráfico y pendientes de escasa dificultad. Pero aquí llegó el plato fuerte de la jornada, pues había que subir de nuevo el Puerto del Robledillo ahora por la cara contraria. Las primeras rampas fueron durísimas, con un desnivel cercano al 15 %, lo que hizo que José Escelio y Pedro echasen pie a tierra para salvar el escollo y Justo, con el recuerdo de los Alpes en su memoria, hiciera un poder para no dejarse vencer por el desafío y consiguió llegar hasta la cima y esperar pacientemente a sus compañeros que tardaron un buen rato en alcanzarla.


Desde allí y hasta el final en el bar del Molinilllo todo fue coser y cantar, pues la bajada, aunque peligrosa por la fuerte pendiente, se disfruta por el buen estado del piso y la sensación placentera de la velocidad controlada. Los últimos diez kilómetros, con viento favorable, llano y la espera compensadora de un
avituallamiento especial con carne de caza, se hicieron un placer que invita a la repetición.

Luego, en la terraza soleada del bar, degustando las referidas raciones de venao y saboreando las cervezas iniciales para reponer los líquidos que los 81 kms. del recorrido habían absorbido, llegamos al colofón de una jornada exigente pero de buenas sensaciones. Incluso al tomar café dentro del bar asistimos a un espectáculo insólito: la TV del local en silencio, sólo con imágenes de automovilismo, y los escasos clientes, comiendo apacible y silenciosamente, sin el vociferío habitual de estos lugares. ¡¡ Nos pareció habernos equivocado de país durante un tiempo!!

DATOS TÉCNICOS:

RECORRIDO: El Molinillo, Puerto del Robledillo, San Pablo de los Montes, Menasalbas, Ventas con Peña Aguilera, San Pablo de los Montes, Puerto del Robledillo, El Molinillo.
TIEMPO: 3 h 49' 02''
DISTANCIA: 81 kms.
VEL. MEDIA: 21, 2 K/H.
VEL. MÁXIMA: 59,2 k/h.
CALORÍAS: 1510